domingo, 21 de noviembre de 2010

Decisiones y culpa (Wayne Liquorman)

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Culpa

Wayne Liquorman: Una de las cosas que podemos hacer para tratar de vislumbrar el FSAP (FSAP: Siglas del Falso Sentimiento de Autoría Personal, o sea, la sensación de que el organismo cuerpo-mente es el hacedor/autor de las acciones) es investigar algo sobre lo que nos sintamos culpables. La culpa aparece como consecuencia del sentimiento de que «yo», esta entidad, he sido el autor de aquello por lo que me siento culpable. No obstante, si uno fuera solamente el instrumento, la culpa no podría aparecer y, en ese caso, sería posible lamentarse porque hubiera tenido lugar un determinado suceso pero no se sentiría más culpa por ese suceso que la que se pudiera sentir por el huracán que destruyó Nueva Orleans. Nadie se siente culpable de eso aunque muchos lamenten que haya sucedido.

Sí, ya entiendo lo que quieres decir.

Cuando comprendes que lo que sucede a través de ti no está provocado por ti, la culpa no tiene de dónde surgir, aunque las consecuencias de ese suceso hayan sido terribles. La aparición de la culpa es un claro indicador de la existencia de un sentimiento de autoría personal activo y es ahí donde debes concentrar tu atención. Estudia los cimientos en los que se asienta esa culpa. Si tienes un sentimiento de culpabilidad a causa de algo, quiere decir que fuiste la causa de ello. ¿Crees que esta afirmación es cierta?

Sí, me parece bastante lógica. En mi vida es muy persistente la sensación de estar perdiendo el tiempo, de que debería hacer más cosas.

Sí, podría resumirse en una palabra: debería - «debería haber hecho más, debería haberlo hecho mejor, no debería haber hecho lo que hice» -. Por eso es interesante estudiar la cualidad del «debería», que es un buen indicador de la presencia del FSAP. Si lo observamos con suma atención, es posible que lleguemos a comprender la verdadera naturaleza de lo que se cuece ahí. No se trata tanto de estudiar el tema en profundidad para intentar obtener una respuesta como de observarlo y estudiarlo por el simple hecho de ver si resulta algo de ello. Lo único que se necesita es un poco de curiosidad.

¿Estoy escuchando la voz adecuada?

Me da la impresión de que a menudo tomo decisiones equivocadas y tengo la sensación de que siempre voy a contracorriente.

¿Qué quiere decir que vas a contracorriente?

Bueno, digamos que el universo se manifiesta a través de mí en una determinada dirección pero me da la impresión de que yo tengo una marcada tendencia a ir en dirección contraria.

La cuestión fundamental es: ¿acaso puedes ir contra la voluntad del Universo? ¿Dónde te has situado, con respecto a la totalidad del Universo, para poder ir en contra de él? Si eres parte de él, es como intentar levantarte del suelo tirando de los cordones de tus zapatos. ¿Cómo lo haces?

Tomar decisiones

¿Quieres decir que, en realidad, yo no tomo las decisiones?

Claro que tomas decisiones, no tienes más remedio que tomarlas.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre lo que tú dices y tomar decisiones?

La distinción esencial está entre tomar las decisiones y ser el autor de esas decisiones. Es cierto que se deben tomar decisiones, la cuestión estriba en saber cuál es la fuente de esas decisiones. ¿Qué eres tú, el instrumento a través del que se toman las decisiones, o el autor de esas decisiones?

Cuando el «yo» está presente, su trabajo consiste en reclamar la autoría de todo lo que sucede. Cuando el «yo» está implicado, uno tiene la sensación de que es uno mismo el que elige y, por tanto, el responsable directo de cada una de las decisiones que adopta, pero eso, a la larga, produce una enorme ansiedad debido a la presión asociada al hecho de tomar las decisiones correctas y el miedo al modo en que nos afectará el resultado de esas decisiones.

Extraído del libro "La Iluminación no es lo que crees", de Wayne Liquorman.
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3 comentarios:

  1. Qué bueno es este último libro de Wayne Liquorman.
    Lo terminé de leer hace poco y me ha sorprendido gratamente. Es buenísimo, sobre todo en las aclaraciones a las preguntas del público.
    Gracias a él tenemos otro punto de vista muy enriquecedor sobre todo este "movimiento" advaita.

    Muchas gracias por mostrarlo.

    Por mi parte, en el blog: Consciencia es todo lo que hay, he incluido y lo voy a seguir haciéndolo, partes de este libro porque la Enseñanza Viva de Ramesh y Wayne viene a ser lo mismo, por eso los he incluido a los dos en ese blog.

    Un abrazo.

    Namaskar

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  2. Hola Luis. Podríamos decir que Wayne Liquorman es una expansión o extensión de la onda de Ramesh Balsekar. En cierto modo todos los seres somos extensiones de todos. En este caso de Wayne con Ramesh la resonancia es además muy intensa, da gusto leerles a ambos pues sus comentarios son muy complementarios, se hacen cosquillas entre sí jejeje

    Saludos! ;-)

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  3. La enseñanza advaita, al menos como la da Jan Kersschot, pero también Liquorman y compañía, se reduce a: "tú no puedes conocer el Ser. Pero ponte contento porque tú ya eres el Ser." Todo esto, a mi humilde entender son paparruchas. Ya dijo Ramanuja contra Samkhara "yo no quiero convertirme en azucar. ¡Lo que yo quiero es saborear el azucar!" El día que advaita enseñe a saborear el azucar y no a convertirse en azucar me interesará. Mientras no.

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