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Lo siguiente es la traducción de este post del blog de
Gary Weber:
http://happinessbeyondthought.blogspot.com/2014/05/you-dont-consciously-think-up-what-you.html
El tema surgió a raíz de este post del blog de
Tao (en este caso en idioma español):
Experimento mental por reducción al absurdo
Tanto el tema del post como los comentarios pueden resultar interesantes. El post traducido del blog inglés fue citado por Tao en uno de los comentarios. En principio lo traduje para mí, pero una vez avanzada la traducción, ¿por qué no transcribirla formalmente por si a alguien más le interesara para leer?
Así que ahí va la traducción:
Tú no piensas conscientemente lo que dices... una nueva investigación
Por Gary Weber
Una de nuestras principales ideas (equivocadas) cotidianas es que necesitamos "pensamientos" para hablar —que pensamos intencionalmente en algo que decimos antes de decirlo. Esta idea se extiende también entre la bien conocida gente "religiosa". Cuando hubo discusiones circulando, primero sobre mi alegado estado «sin pensamientos», uno de los líderes más destacados del budismo en occidente escribió:
«... y yo mismo conocí a un participante (practicante o participante en un retiro espiritual)... que nos dijo que a veces él no tenía pensamientos a lo largo de varios días. De hecho nosotros pensábamos que eso era un tanto gracioso, ya que ese practicante estuvo hablando animadamente sobre todo tipo de cosas. Así que nos asombramos porque dado que él dio su opinión sobre el "pensamiento", era obvio que él ya estaba pensando».
Como un HUM (
Hágalo
Usted
Mismo), tómate algunos minutos y observa con cuidado lo que dices, y ve si piensas (previamente) lo que dices.
¿Sabemos lo que vamos a decir antes de decirlo? ¿O simplemente oímos cómo se dice, y entonces interpretamos si eso ha sido una buena ocurrencia o si ha sido algo inoportuno o mal-hablado?
El secreto mejor guardado de tu narrativa interna es que, cuanto más detalladamente la observas, más claramente te das cuenta de que no tienes ni idea de lo que va a salir cuando el hablar sucede.
Hay un excelente artículo recientemente publicado en "Psychological Science" ("Ciencia Psicológica") titulado: «
La aceptación de los hablantes de las sustituciones de voz en tiempo real indica que nosotros usamos una retroalimentación auditiva para especificar el significado de lo que decimos», de
Andreas Lind, et al. (y otros), de las universidades suecas de Uppsala y Lund.
Lo que Lind y sus colegas hicieron es ver qué pasaría si alguien dice una palabra, pero entonces se escucha a sí mismo decir otra palabra (n.t. [nota del traductor]: el efecto lo producen colocando unos auriculares a los sujetos del experimento y poniéndoles grabaciones de otras palabras que fueron hechas con su propia voz... esta grabación puede fácilmente ser hecha sin que el sujeto lo sepa, como se ve por ejemplo en el procedimiento/experimento descrito unos párrafos más abajo). Tal como Lind dijo: "Si usamos retroalimentación auditiva para comparar lo que decimos con una intención específica, entonces cualquier discrepancia debe ser rápidamente detectada. Pero si la retroalimentación es más bien un factor influyente en el dinámico proceso interpretativo, entonces la manipulación podría pasar desapercibida".
Así que, si la palabra que "decimos" (n.t.: recordemos que en este experimento la oímos a través del auricular, tapando ese sonido nuestra propia voz del momento, con lo cual sólo escuchamos la grabación, que parece ser nuestra voz real del momento) resulta ser diferente de la palabra que pre-planeábamos decir, eso nos resultaría muy obvio. Sin embargo, si la realidad fuese que generalmente no tenemos ni idea de lo que vamos a decir y que solo lo sabemos cuando lo oímos y lo interpretamos, en ese caso no nos daríamos cuenta del cambio de la palabra (el cual se nos ha inducido por medio del truco de oírla por los auriculares).
A continuación se muestra cómo funciona esto: Se trata del famoso
efecto de Stroop (y el correspondiente test de Stroop), en el cual se presentan las letras de una palabra que indica un color, en un color diferente al color que indica (por ejemplo puede aparecer la palabra "rojo" con letras de color verde, así:
rojo). Entonces se requiere un poco de concentración para decir correctamente en voz alta de manera rápida el color que tiene la letra que forma la palabra (ver en el
artículo mencionado de la Wikipedia para ver claramente unos ejemplos).
En el caso "a" (ver la imagen/ilustración a la izquierda de este texto, la cual incluye los dibujitos que acompañan esta explicación) el sujeto reconoce el engaño y dice "verde", lo cual es grabado para un uso posterior (para la trampa de ponerlo después repetido en el auricular, como si se escuchase en directo, como vemos en el caso "b").
Entonces en el caso "b" (ver ilustración "b") lo que se muestra es la palabra "verde", pero escrita en color gris:
VERDE. Entonces el sujeto (que debe responder lo más rápidamente posible) dice correctamente: "gris", pero lo que oye inmediatamente por sus auriculares es la respuesta: "verde" (que había dado anteriormente y que había sido grabada para usarla en trucos así).
Finalmente, en el caso "c" (ver ilustración "c") se le pregunta qué es lo que acaba de decir (en "b"), y responde que "verde", a pesar de que realmente había dicho "gris", o sea que dice lo que ha oído, en lugar de lo que ha dicho realmente.
Y lo más importante es que eso no le parece extraño (no nota nada raro ni percibe el engaño), o sea que realmente cree haber dicho lo que ha oído a través del auricular, en lugar de lo que realmente ha dicho. Si hubiera premeditada y conscientemente dicho "gris", habría objetado al oír "verde" y entonces diría: "¡Lo que sale por mis auriculares no es lo que he dicho!".
Es muy importante cuándo exactamente suena la palabra equivocada en los auriculares. Cuando la sincronización de la voz escuchada por los auriculares comenzaba entre 5 y 20 milisegundos después de que el sujeto empezara a hablar, el truco no era descubierto en más de dos tercios (2/3) de las veces (n.t.: o sea, que el engaño funcionaba más de 2/3 de las veces en ese caso).
El tercio restante (las detecciones del engaño) de "detecciones" eran en la práctica menos que eso. Porque se dividían en 3 categorías: "seguro, inseguro, y probable", con solo un 4% de "seguro" (n.t.: se refiere a "seguro que se ha cambiado lo que dije", "no estoy seguro" (por ejemplo quienes notaron algo raro pero no están seguros), y "es probable").
Los técnicos usaron un auricular con "cancelación de ruido" (n.t.: especialmente protegidos contra ruidos, aislando el oído de los sujetos del sonido real, de modo que solo escuchasen lo del auricular y se confundiese con lo que realmente decían) de manera que los 78 sujetos no fueran capaces de escuchar lo que realmente decían. Como todos ellos eran estudiantes suecos, las palabras usadas fueron "verde" ("Gron" en sueco) y "gris" ("gra" en sueco). En sueco "gra" se pronuncia [ɡɹoː] y "Gron" se pronuncia [ɡɹoːn]. Estas palabras suenan parecidas pero semánticamente son claramente distintas.
Estos resultados fueron una gran sorpresa para Lind, quien probó consigo mismo el test, a sabiendas de lo que estaba pasando (n.t.: conociendo perfectamente en qué consistía el truco). Le pareció que las sustituciones de voz (n.t.: por medio de los auriculares) eran convincentes, y dijo: "Cuando dices una cosa pero te escuchas a ti mismo claramente diciendo otra cosa diferente, la sensación es muy potente (convincente)".
Cuando una investigación contradice convincentemente y de manera directa un dogma establecido, ya se trate de un dogma científico o social, los investigadores contemporáneos de ese campo, que han estado diciendo y creyendo lo contrario, "responden". Esto sucedió cuando Libet publicó sus resultados sobre la ilusoriedad del "libre albedrío" a principios de los años 80, y continúa, a pesar de muchas repeticiones con equipos cada vez más sofisticados y diseños experimentales que lo confirman. (Ver por favor (en inglés) "
La imposibilidad del libre albedrío... científica y lógicamente").
Un
resumen del trabajo de Lind fue citado por
Barbara Davis, quien estudia la adquisición del habla en bebés y niños, en la universidad de Texas. Ella dice que el trabajo de Lind supone un "desafío fascinante para el paradigma dominante" del pre-planeamiento del discurso, pero ella todavía cree que hay funcionando una "planificación pre-verbal", y añade: "Nombrar colores es diferente de un discurso fluido, es un nivel diferente de complejidad", dijo ella.
Davis añade: "Mucha gente estaría de acuerdo en que hay ambos factores en el proceso: tanto el pre-planeamiento como la retroalimentación auditiva". Ella también señala que quienes pierden su audición pueden hablar durante mucho tiempo, antes de que sus patrones de habla se deterioren, lo cual, según ella, nos indica que la retroalimentación auditiva no es necesaria para el habla.
En mi humilde opinión la doctora Davis pierde el punto. La cuestión es: "Sin importar lo que el discurso expresa, ¿lo pre-planeamos conscientemente con una narrativa interna?". El discurso emerge, y algunas características (funcionalidades) son creadas, pero eso no es consciente. Citar "mucha gente" es usar la creencia popular para "demostrar" que algo sea correcto, como decir "todos sabemos que la Tierra es plana".
Del mismo modo con los patrones del habla después de la pérdida de la audición. Es obvio que el discurso puede acontecer con o sin retroalimentación auditiva, ya sea un "discurso fluido" (complejo) o simplemente "nombrar un color". Independientemente de eso, en ambos casos, uno puede ver que creamos la ilusión de que planificamos lo que decimos, post hoc (por lo tanto), al haberlo oído, no al haberlo pensado.
Lind concuerda con esto: "Si no la tienes (la retroalimentación autidiva) aún puedes hablar, pero si la tienes, es probable que confíes más en ella que en otros tipos de retroalimentación a la hora de determinar el sentido de tus propias palabras".
El
Bhagavad Gita señaló lo mismo, tal como se muestra en "
Dancing beyonce thought" ("
Bailando más allá del pensamiento", libro del autor del blog en inglés:
Gary Weber), cuando la Bhagavad Gita dice en V.8-9:
En la contemplación del Ser, aquel que conoce la verdad sabe que "Yo no hago nada en absoluto", aunque ve, oye, toca, huele, come, anda, duerme, respira, habla, suelta (cualquier cosa), retiene (agarra cualquier cosa), abra o cierre los ojos, porque sabe que los órganos (fisiológicos, sensoriales, y los relativos a la acción) funcionan automáticamente cuando se desenvuelven con sus respectivos objetos. (Bg. Cap. V, 8-9)
Para aquel despertado absorto en el Ser, hay la clara realización y comprensión de que él/ella realmente no hace nada. Lo que a otros podría parecerle una acción intencional no es más que los órganos de acción y sensación funcionando de acuerdo con sus respectivos objetos.
Gary Weber
Fuente:
http://happinessbeyondthought.blogspot.com/2014/05/you-dont-consciously-think-up-what-you.html
Como dije arriba, a quien le interese el tema puede leer también el post y comentarios del blog de
Tao:
Experimento mental por reducción al absurdo
Saludos
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