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Voy a rescatar este post, creo que del año 2007, posiblemente de un blog antiguo que tenía antes y que cerré. Una amiga me ha enviado por mail este texto (entre otros), pues lo había conservado. Es largo de leer pero lo posteo por si algún trozo sirve de inspiración para alguien. Pido perdón por el posible vocabulario 'duro' en algunos momentos. Como índigo tenía una manera a veces rebelde de decir las cosas, a veces sin nada de diplomacia jejeje...Comentarios
Para algunos esto que sigue abajo es un rollazo, os lo aviso a tiempo, dejad de leer ahora mismo jejejeje... esto va solo para aquellos que de un modo u otro me pidieron que comentara sobre este tema, ¡los demás saltadlo! jajajaja
I- La individualidad no desaparece
Uno de los mayores equívocos de algunos “buscadores” (aún no “encontradores”) es creer o dar por hecho que hay que eliminar la individualidad; creer que los budas carecen de individualidad. ¿De dónde sacarán tales estupideces? Probablemente habrán leído algo o habrán asistido a alguna charla, malinterpretando lo que se dice o escuchando un mensaje que ya ha sido malinterpretado previamente por otros. Precisamente son aquellos que no han captado la esencia de la individualidad los que suponen, supersticiosamente, que hay que acabar con ella. Esto sorprende bastante porque si hay algo que no se puede destruir, es la individualidad. Todo lo demás puede ser “destruido” excepto aquello que no se divide a sí mismo. In-dividualidad es no-dividir. Y solo hay algo capaz de permanecer indiviso en esencia: la Unidad (luego vuelvo a esto).
Había una vez un Automóvil. Como todo automóvil, era capaz de moverse (movilizarse) a sí mismo (auto). Era un automóvil espléndido, con un diseño maravilloso que le permitía rasear la tierra, flotar por las aguas, volar por los cielos, también sumergirse bajo las aguas cual ser submarino, podía también bailar en los fuegos… Bien, el automóvil lo conducía un ego. Un ego orgulloso de sí mismo pero desinformado (mejor dicho, mal-informado). El ego tenía el preconcepto de que el automóvil solo podía moverse a ras del suelo. El ego tenía y seguía esa programación, ni siquiera se planteaba que hubiera otras opciones: la aventura de surcar los aires, la aventura de surcar las aguas… Un día el ego se abrió a nuevas posibilidades (“transformación psicológica”) y finalmente activó los resortes oportunos para que el automóvil expresara más de su potencial: el automóvil comenzó a volar (“transformación física”). También se atrevió a flotar en las aguas, incluso sumergirse bajo ellas con el refrescante resultado de que las aguas limpiaron el polvo acumulado tras años de rasear solo tierra, las aguas purificaron y abrillantaron al bello automóvil (más “transformación física”). Un día, de tanto “limpiarse” con el agua, el fuego, los aires… un día, el automóvil se hizo invisible. Y nunca, nunca más se dejó limitar por el barro, si bien se permitió revolcarse graciosamente por la tierra y por el barro cada vez que quiso jugar.
En el cuentecito anterior mencioné algo llamado ego. Ese ego no era un bicho. Formaba parte del automóvil. No había un “casco” o chasis por un lado, y dentro de él un ser separado (ego). No, solo había algo entero, un automóvil con sus diversos componentes, ego incluido. El proceso para que el automóvil se permitiera volar no consistió en expulsar al ego del auto, sino en que hubo un cambio de actitud del propio ego. En cierto modo, el ego antiguo desapareció, se extinguió. Pero en realidad la energía que lo sostenía permaneció, solo que con una actitud diferente (dejó de limitarse a rasear la tierra). Bien, pues en eso consiste el ego, en “rasear”. Dejad de limitaros ahora, y en este mismo momento que lo hacéis ya no sois un ego (de hecho el ego es solo un preconcepto, lo único real es el individuo).
Aprovecho para decir que, puesto que el ego no existe, la conocida sugerencia de “matar al ego” es un koan. Hay muchos koans diferentes, a veces quien lo da no avisa de que se trata de un koan. Los hay a millares, algunos surgen espontáneamente. La conocida pregunta “¿Quién soy?” es otro koan, así como sus variantes. Y todos los koans son una invitación a “caerse del burro”, es solo eso jejeje
II- La sociedad; los K; los budas
En este apartado voy a usar el siguiente concepto de sociedad: la sociedad es un conjunto de empujes, inercias, programaciones, junto con las ovejas que se autolimitan de acuerdo a ese “empuje”. La sociedad es básicamente memoria, lo contrario a la espontaneidad. La sociedad es decepcionante, y quien aún no se haya dado cuenta de esto pues que siga experimentándola, ya caerá del burro algún día porque autolimitarse siempre acaba siendo decepcionante.
Todo lo que se apoye en la memoria restringiendo la espontaneidad, te mantiene atado. El empuje de la sociedad consiste en eso, en mantener las ataduras y evitar las desbandadas (la sociedad hará lo posible por convencerte de que la necesitas, pero no es verdad, es ella la que te necesita). La sociedad es básicamente miedo, porque el desconocimiento de uno mismo produce miedo. La espontaneidad te conecta al Ser, por tanto la espontaneidad disipa los miedos, por tanto la sociedad (que es básicamente memoria, lo cual es lo menos espontáneo del mundo) intentará una y otra vez frenar la espontaneidad… y eso restringe mucho la felicidad y la alegría, porque la espontaneidad es la que abre las puertas a la alegría.
La sociedad usará uno y mil trucos (millones incontables de trucos) para frenar y limitar la espontaneidad. La sociedad te dirá: “haz esto, no hagas aquello”, te asegurará que si desoyes sus indicaciones serás infeliz… sin embargo el atender sus sugerencias no conduce precisamente a la felicidad jajajaja… a fin de cuentas la sociedad en sí misma es infelicidad, no puede admitir la felicidad por la sencilla razón de que la felicidad es una energía tan potente y espontánea que disolvería en muy poco tiempo toda la sociedad. La sociedad consiste en crear y sostener, a base de grandes esfuerzos, incontables barreras contra la felicidad (que reside en la espontaneidad y no en la memoria). La sociedad necesita defenderse de la felicidad. Pero rechazar la felicidad no suele ser buena propaganda, así que emplea millones de trucos. Ofrece diversos tipos de pseudofelicidad, llamándola felicidad. Y estos sustitutos no tienen verdadero sabor, son pálidas sombras del verdadero Sabor, pero la sociedad entrena a las ovejas para que tengan miedo de perder el privilegio de saborear eso poco que tienen. A los más espabilados les ofrece trampas más rebuscadas, a veces incluso convenciendo a algunos de que la infelicidad en sí misma es lo más grande que hay, y que un humano capaz de privarse de toda felicidad es más grande que las ovejitas que solo conocen los saborcitos artificiales que la sociedad ofrece. Pero no, unos no son más grandes o menos que otros, todos juegan a la misma trampa: se privan de la espontaneidad-felicidad. Incluso los desenfrenados, que se creen los más espontáneos del mundo, carecen de espontaneidad. Simplemente siguen alguna de las programaciones prefijadas, porque la auténtica espontaneidad no viene de viejos programas, no viene de la memoria sino que emana desde dentro de nuestro Ser, fluye desde nuestra mismísima esencia, es lo que somos.
Brevemente sobre los K: no voy a extenderme excepto para mencionar algo sobre “transformaciones”. A UG le leí bastante (podría opinar más sobre él), a Jiddu casi nada (un libro o 2). Para mí, el problema que tienen sus respectivos seguidores es ése, que se han convertido en seguidores, perdiendo su propia espontaneidad. Es “dañino” (en el fondo nada es dañino, pero si hay que usar palabras, se usan) leer o escuchar a alguien y luego guiarse por lo escuchado, por la memoria. Eso resulta “fatal” para la propia espontaneidad. De todas maneras, lo que para unos puede resultar estimulante, para otros puede ser perjudicial. Ambos K son Antorchas, pero compararse con ellos, tratar de imitarles, ¡eso apaga la Antorcha que Tú Eres! Las comparaciones se basan en la memoria, no en la espontaneidad. Al compararte te “alejas” de ti mismo, ¡es mejor que seas tú mismo! Pero tienes miedo y buscas la conformidad con otros.
UG habla de una transformación física, JK habla de una transformación psicológica jejejeje… casi, casi entre ambos hilan un koan ;-) Luego llegan los seguidores, ya sea de uno o del otro, ¡o de ambos, aunque eso es casi esquizofrenia espiritual jajaja! Y en vez de captar lo ke dicen, en vez de mirar adonde señalan, se kedan mirando el dedo con el que señalan, ¡la virgen santísima de los montes Pirineos! Parece un chiste pero ocurre una y otra vez.
¿Creéis que Jiddu no se transformó físicamente? ¿Creéis que UG no se transformó psicológicamente? Lo físico y lo psicológico van de la mano, no son aspectos independientes. Pero los seguidores se comparan (entre sí y con sus idolatrados), y tratan de imitar las supuestas transformaciones de sus admirados… ¡puajjj, así se “alejan” de sí mismos! La sociedad ha hecho bien su trabajo: el miedo induce a buscar seguridad, e imitar a aquel que admiramos da una falsa sensación de seguridad… ¡pero NO, la Vida es espontaneidad y hay que aceptar el reto! Primero aceptemos el reto, seamos valientes, seamos uno mismo sin imitar a otros, ¡y solo entonces hablaremos de “seguridad” y otros temas!
Ahora un toque sobre budas. Los budas son individuos, solo existen los budas, otra cosa no hay. En cierta manera podríamos hablar de budas dormidos y budas despiertos, pero asumiendo la contradicción porque si Buda=despierto, estamos diciendo que hay despiertos-dormidos y despiertos-despiertos. Y sin embargo no carece de valor plantearlo así, para señalar que el Buda, el Despierto, está dentro de cada uno. Confía en Ti Mismo y vivirás eso.
Budas son aquellos que transcienden a la sociedad, a la memoria, a la programación, al empuje limitador. Son los individuos (los no-divididos). Es hora de retornar al tema de los individuos y la Unidad (dije mucho antes que volvería al tema).
III- La Unidad
Lo único profundamente auténtico que hay es la Unidad. La Unidad no puede explicarse en palabras, no se la puede encerrar en palabras. Debería bastar (como indicador) decir algo como: “Solo existe la Unidad”, o bien “Todo lo que hay es la Unidad”. El resto puede ser malinterpretado, incluso eso solo también es malinterpretado, pero puede valer como objeto mántrico, como pista.
¿Y si lo dejáramos ahí? “La Unidad Es”. Punto. Fin. No hay nada más que decir; incluso eso sobra puesto que la Unidad Es, hablemos de ella o no.
Bien, pues fin de la charla, la Unidad Es, todo Ok, todo en Armonía.
Chau.
Pero cuando hay sed de palabras, uno desea bañarse y juguetear aunque sea al precio de malinterpretar lo que se diga (y desde la memoria solo se puede malinterpretar). En honor a esa sed, al jugueteo, y a que me da la gana esta vez, voy a extenderme. Pero imaginad por un momento que no hubiera soltado todo el rollo de antes (las otras secciones) y que no dijera lo que voy a decir ahora, y que solo abriera un tema titulado “Comentarios” con una breve frase: “La Unidad Es”. ¿No podría parecer en ese caso que el juego hubiera sido demasiado breve? Si hay ganas de jugar, juguemos jejeje (puesto que no me importa ser malinterpretado).
Así que vamos… La Unidad Es. Ahora me da la gana (porque soy así) de cambiar “Unidad” por “Vida”. Y en lo que sigue usaré esta otra palabra. La Vida se expresa en todas partes, es ilimitada, es maravillosa, es asombrosa, es mágica, es indefinible, es todo y es nada, y me callo la boca jejeje.
Los individuos son expresiones de la Vida. La Vida se expresa de modo diferente en cada individuo, pero todos los individuos son la misma Vida, están interconectados más allá de lo que la memoria puede creer, no hay barreras entre ellos, una misma energía fluye de uno a otro individuo.
Los egos (con minúsculas) son solo Vida autolimitándose a sí misma. Vida arrastrándose, pero cuando finalmente se eleva, resalta lo auténtico (el individuo) y el ego ya no está (ego=mantener el arrastre, si dejas de arrastrarte ya no hay un “mantener el arrastre”, por tanto ya no hay ego).
Lo real es el individuo. El individuo es más de lo que la memoria conoce, es más de lo que la actitud del ego permite. El ego se infravalora, no reconoce su grandeza, su auténtica naturaleza. Dejar de infravalorarse, completamente, despiadadamente, hace añicos al ego (el ego es solo esa actitud).
Me gusta un cuentecillo que leí una vez. Había una leona embarazada que saltaba de colina en colina. En uno de los saltos dio a luz a un leoncillo que cayó abajo y fue a parar junto a un rebaño de ovejas. El leoncillo fue así criado desde su nacimiento por las ovejas, asumiendo que era otra oveja. Transcurrieron los años, el leoncillo creció, era un joven apuesto. En cierta ocasión un viejo león que buscaba comida se acercó al rebaño. Se sorprendió al ver, mezclado con las ovejas, a un joven y hermoso león al cual las ovejas no tenían miedo. El viejo león atacó al rebaño y su sorpresa aumentó al comprobar que el león joven huía de él como una oveja más. La curiosidad ganó al hambre y el viejo león corrió y atrapó al león joven, olvidándose de las ovejas. El joven león estaba atemorizado y lloraba y suplicaba por su vida. Pero el viejo león no le soltó, le llevó a un lago cercano de aguas tan calmadas que podían reflejarse en él como si fuera un espejo. El joven león miró su propio reflejo y algo hizo click en él: experimentó una transformación instantánea. Inmediatamente se oyó un gran rugido de satisfacción, el rugido del joven león hizo retumbar todo el valle. Antes de seguir cada uno sus propias aventuras, el viejo león dijo:
- Yo he cumplido con mi parte, el resto depende de ti. ¿Deseas volver al rebaño?
A lo que el león joven contestó con una carcajada, tras la cual añadió:
- ¡Me olvidé completamente de quién soy! ¡Gracias por recordármelo!
Mirad, lo queráis creer o no, sois individuos (grandiosos, individidos), no egos. La individualidad nunca se pierde, aunque se puede jugar a que somos egos separados unos de otros, islas incomunicadas, separadas. La Vida juega y juega. Cada individuo es la Vida (no quiero remarcar demasiado esto porque algunos se asustan de esto, pero sigo un pelín). Cada individuo es la Unidad manifestándose. Cada individuo es un aspecto de los otros individuos. La individualidad es manejo de energía, manejo de datos, PERO NO SOLO MEMORIA. Los budas no pierden la individualidad, sino que despiertan a ella. En el fondo solo hay un Único Individuo que se expresa de maneras diferentes, y esto los budas lo saben. Los pensamientos, las emociones, incluso los registros “propios” de memoria, no pertenecen a ningún ego particular, la Vida puede acceder a todos esos registros, ¡nada es privado! Jajajajaj
Los budas son individuos y tienen acceso a sus múltiples “bases de datos”, de lo contrario no podrían acribillar con palabras a quienes se molesten en escucharles. La individualidad no es rígida, no es solo memoria, es algo espontáneo y vivo, fluyente, mutante, bellísimo, alegre…
Cuando un individuo se enfoca completamente en la Unidad, sucede que deja de tener sentido hablar de un YO (porque no hay otra cosa que esa Unidad, y el Yo parece llamar a un Tú), incluso deja de tener sentido el concepto de individualidad. Y sin embargo la energía, los registros, todo está ahí disponible, fuera del tiempo. Y cuando se requiere “relación” (entre 2 individuos, independientemente de que alguno de ellos parezca dormido o no) se recurre a esos registros y la energía fluye de un modo creativo, vivo, espontáneo.
Me importa un comino quien aplauda o ridiculice lo que he dicho. Yo soy el que soy, bailo conmigo mismo. Que cada uno baile como quiera, si es feliz así… Pero lo que sé, es que conforme aumenta la espontaneidad se disipa la limitación, porque aumenta la Claridad, la Alegría, la Unidad y mil regalos más que Uno se concede a sí mismo.
O espontaneidad o miedo. ¡Elige! No os comparéis con los demás, sed vosotros mismos, sed espontáneos. La sociedad dirá que eso no se puede… ¡ellos no pueden mientras sigan agarrando sus miedos! El ego no puede, nunca puede. El ego (la actitud de arrastrarse) solo quiere repetir lo que conoce, mantener el status quo. La sociedad os tentará a dejar de ser auténticos, de mil maneras. “Haz esto, es lo correcto”. “No hagas esto otro, o te perderás”. ¿Perderse quién, perderse adónde? “No odies, no te enfades, un buda jamás se enfada”… esas trampas funcionan porque hay esa tendencia a compararse unos con otros. Si te engañan diciendo que un buda es así o asá, tratarás de imitar eso, cayendo en la trampa porque al imitar ciegamente, pierdes tu propia espontaneidad (existe también una especie de imitación sana, la llamaría resonancia, pero eso es otro tema). Entonces la Vida (que siempre te acerca aquello que es oportuno, ya que la Vida es Unidad-Armonía y siempre está al tanto de todo jejeje) te conduce a determinadas situaciones para romper esquemas y recuperar tu propia espontaneidad. Por ejemplo algo te hará enfadar, y tu memoria (ego) te dirá: “no debo enfadarme, un buda no se enfadaría”. Pero precisamente he ahí la trampa, reprimir el enfado (o cualquier energía) te ata a ras del suelo, frena tu espontaneidad. Quizás experimentar el enfado, permitirte cabrearte (sin implicarte, solo observarlo desde “atrás”, desde el observador profundo por llamarlo así), permitirte saborear y abrazar completamente esa energía, es lo que te hará captar el regalo y una vez captado, no se repite lo mismo más veces. Las energías solo retornan cuando aún no las hemos saboreado lo suficiente.
Lo importante es la espontaneidad… lamentablemente esto también está condenado a ser malinterpretado jajajaja… el desenfrenado dirá: “soy espontáneo porque me cabreo cuando quiero, tengo sexo cuando quiero”, etc etc etc… pero la espontaneidad no surge de la memoria, de las programaciones sociales, sino que surge de muy dentro de uno mismo, surge de la Unidad, de la Vida.
¿Entonces cuál es la solución? No hay solución. Para el ego no hay solución posible, todo lo que hace el ego (ego=arrastrarse) es precisamente lo contrario, crear el problema… el ego no es compatible con la solución, porque la espontaneidad auténtica supone dejar de arrastrarse, lo cual es iluminar al ego, el cual al ser solo sombra, deja de existir (nunca fue algo real).
Para la Vida sí hay magia, sí hay “solución”. La Libertad ya Es, solo falta saborearla, darnos cuenta y fluir con ella, y eso es una maduración que viene ya, viene sola, no es el ego el que crea esta magia, sino la Vida, el individuo.
El buda está dentro de ti. El ego es solo la actitud de arrastrarse, de autoengañarse, de creerse menos de lo que Uno Es, de olvidar la propia naturaleza. El buda Es dentro de cada uno. El individuo es buda, es acceso a la espontaneidad, es la Vida. Simplemente dejáos fluir mientras observáis vuestras actitudes, todo lo que surja. Sed vosotros mismos. Sois budas, empezad a celebrarlo y antes de acabar la fiesta de celebración todo estará muy claro ;-)
¡Saludos!
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