domingo, 27 de febrero de 2011

No hay necesidad de que ganes lo que ya Eres

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No hay un lugar al que llegar más allá de donde estás.

No podemos alcanzar lo inalcanzable. No podemos llegar a un destino del que nunca hemos salido. Tan sólo podemos saber que estamos aquí —Ahora—.

Todas las posibilidades son opciones viables. Aquello que determina lo que experimentamos y lo que no apenas es una elección.

La cuestión, entonces, no es tanto lo que elegimos hacer como la intención con la que lo hacemos.

No hay necesidad de que ganes lo que ya Eres.

El Uno


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sábado, 26 de febrero de 2011

¿Quién soy? No hay reglas definitivas para Uno reconocerse como el Testigo

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No hay reglas definitivas respecto a lo que está bien y lo que está mal, más allá de las que has creado para ti mismo.

(...)

A medida que te separas de los detalles de tu conflicto personal, y obedeces tu rutina estandarizada como un robot, empiezas a observarte desde la perspectiva de la pura conciencia. Este nivel de tu conciencia es susceptible de separarse de la personalidad que identificas como tu «yo» y observar objetivamente la interpretación del personaje que has creado. Conforme te sumerges más profundamente en tu propia esencia, distingues con claridad aquello que eres en realidad y aquello que es una obra maestra de tu creación.

(...)

Si decides impugnar los estándares autoimpuestos, has de saber que puedes hacerlo asumiendo plenamente las implicaciones de esa decisión y evitando así las consecuencias de la vibración de represalia. No eres víctima de tus adicciones, tus anhelos o deseos desenfrenados. Eres un actor plenamente responsable de tus reacciones ante las decisiones adoptadas. Al abordar así todas las alternativas, contribuyes a disipar la carga vibratoria que atrae consecuencias indeseables.

Si te llevas a la boca un dulce proscrito, hazlo aceptando tu decisión, saboreándolo y respetándote al hacerlo, en lugar de poner en ello la energía del engaño y odiarte por eso. Toma tus decisiones plena y conscientemente, y así serán lo mejor para ti.

No hay decisiones acertadas o erróneas. Sólo acción y reacción. Y ambas se entretejen en la eterna danza de la vida. Podrás afinar tu habilidad cuando te distancies de la ilusión de la danza y te observes a ti mismo mientras la practicas. El siguiente paso lógico consiste en preguntarse quién es el observador. Si no eres la ilusión que gira sumisamente en la pista de baile, ¿quién es el coreógrafo y la audiencia del Uno?

Esta eterna pregunta es el punto central que marca el principio de tu búsqueda para trascender el reino de la ilusión y experimentar la plenitud del universo de posibilidades. Aquí es donde en realidad vives. Aquí, en la infinitud de tu desenfrenado gozo en la experiencia de la vida.

La visión de la identidad que representas te permite trascender la limitación de ese mismo ejemplo y conocerte como realmente eres. La identidad se construye a partir de los cimientos de aquello que has hecho. Y lo que eres no tiene que ver con lo que has hecho. Aquel a quien quieres descubrir en el proceso de esta búsqueda no necesita hacer nada para conocer quién Es realmente. En el estado de «Es-idad» no hay lugar para el juicio o cuestiones como el mérito o la falta de mérito. Uno Es, simplemente. El gozo que nos embarga con el mero acto de ser es invulnerable a los aspectos susceptibles de distraer a quien está atrapado en el drama de la ilusión. Aquel a quien has tenido una fugaz oportunidad de conocer no se ve afectado por las pruebas y tribulaciones de tu conflicto. Ese Uno sencillamente Es. Y conoce. E irradia el gozo de esa «Es-idad» —ese conocimiento—.

Tras haber experimentado ese aspecto de lo que eres, tendrás un punto de referencia al que recurrir cuando entren en juego los inevitables retos que surgen en el mundo de la ilusión. Este centro intocable es semejante al ojo del huracán, donde todo está tranquilo y sereno a pesar de los torbellinos circundantes. Este centro es el refugio que en realidad habitas. En última instancia, el punto de vista de ese centro es el que llevas contigo al internarte en el mundo de la ilusión. Asumirás la perspectiva del testigo. Y poco a poco, a medida que te distancies de los detalles de tu conflicto, sentirás que planeas sobre la superficie de las circunstancias más turbulentas, consciente de que ya no te afectan.

La verdad de quien eres yace en tu interior. Ahora mismo. No es algo que puedas alcanzar escuchando un número determinado de sermones de los individuos más instruidos. No necesitas padecer grandes austeridades para alcanzarlo ni nada que entrañe sufrimiento o sacrificio. No es un estado que puedas «comprar» con la obediencia a uno de los muchos dogmas religiosos que tu mundo ofrece. El Uno se experimenta a través del vehículo de la visión original de uno de esos caminos, o en el sendero que trazamos en las inexploradas junglas de la propia conciencia. Se experimenta y se conoce. Y nunca se olvida.

Tal vez hayas pasado buena parte de tu vida buscando un conocimiento que todo el tiempo guardabas en tu interior; y, tal vez, hayas vislumbrado parcialmente aquello que buscabas, sin advertir de qué se trataba. El estado de conciencia silenciosa no es fácil de reconocer. Es sutil. Tan sólo está ahí —y estás ahí— y, después, regresas abrazando la ilusión, una y otra vez. Empiezas con un relámpago de iluminación, la sensación de una visión de conjunto, y, luego, esa lucidez se evapora una vez más.

Por último, retenemos la perspectiva de la pura conciencia. Y a medida que seguimos ascendiendo vibratoriamente a través de los niveles sucesivos de la percepción física, advertimos que hemos encarnado la «Es-idad» que descubrimos en el ojo del huracán. Cuando reconoces esta perspectiva y adviertes que preside la conciencia, sabes —sin saber cómo lo sabes— que ya no estás donde estás.

Desde ese punto de vista, el mundo en que has nacido, y en el que has representado animadas escenas de tu conflicto personal, está condenado al reino de los recuerdos —un archivo de experiencias que puedes visitar a voluntad—. Sin embargo, ahora, al volver a esos episodios, lo haces desde una perspectiva global.

(...)

Ahora, la comprensión es instantánea. Y el autorreconocimiento apenas produce un murmullo en las aguas de la conciencia. Tan sólo el conocimiento de lo que era —gracias al punto de vista de lo que ahora Es— y un aplastante sentido de la gratitud por la riqueza de la aventura.

La perspectiva del testigo no permite la auto-recriminación o el lamento. Las circunstancias fueron así por una buena razón. (...) No habrías alcanzado la perspectiva del verdadero conocimiento si no hubieras pasado por los detalles vívidos de tu verdadera experiencia.

Ahora debes ofrecer a otros la lucidez de una experiencia ganada a pulso. Ahora puedes ayudar de verdad a quienes se encuentran en pleno proceso de despertar. Ahora estás en posición de dejar tu huella en el mundo —un momento compasivo—. Ahora puedes hablar desde el autoconocimiento. Y ese punto de vista sólo es posible al contemplar con ojos atentos la reposición de tu película.

(...)

El Yo al que nos referimos ha pasado de la miope definición lineal del yo con el que emerges a tu conciencia en esta vida a una percepción expandida de lo que uno Es. La ilusión que conformaba la suma total de la identidad lineal también caerá. Y en su lugar, experimentarás la percepción de ti mismo sin límites en el tiempo y el espacio.

Cuando uno está preparado para dar un paso adelante ataviado únicamente con conciencia de sí mismo, habrá realizado la transformación que marca el punto de inflexión largo tiempo anunciado como iluminación. Éste es un hito en tu camino, un punto focal de la conciencia que denominarás «alma». Y es un remanso en el camino de ascensión que se ha convertido en el asunto principal de esta vida.


El Uno (capítulo 33 del libro)

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viernes, 25 de febrero de 2011

Muchos caminos, infinitos caminos... cada camino es único aunque todos conducen a un mismo destino

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Hay muchos caminos tradicionales que ofrecen fórmulas pensadas para llevar al buscador espiritual a sucesivos niveles de conciencia en la conexión Divina. Y esos métodos han ayudado a muchos en esta búsqueda atemporal. Sin embargo, hay que comprender que no es necesario adoptar uno de los métodos tradicionales o de las aceptadas disciplinas espirituales a fin de alcanzar los niveles disponibles.

Ningún menú te limita a la hora de alcanzar El Uno, pues los posibles caminos que te conducen al destino de tu viaje son ilimitados. Algunos han sido descubiertos y desarrollados con elaborados sistemas que, si se siguen meticulosamente, facilitan el viaje. Sin embargo, para algunos este enfoque es como «pintar siguiendo los números». De cualquier modo, el resultado quedará plasmado en el lienzo. Cada uno puede elegir cómo experimentar el proceso de creación del propio trabajo artístico.

Quizá prefieras hacer el viaje por un camino bien señalado, junto a otros, con mapas, guías y maestros que quieran mostrarte la senda. Pero, inevitablemente, se trata de un camino interior. Las guías y libros de viaje no pueden llevarte más lejos. Una vez marcada tu trayectoria, el viaje pasa a ser una experiencia solitaria que no puede imitarse. No se te exige seleccionar ni practicar una reconocida disciplina espiritual ni adoptar una religión para realizar plenamente tu sagrado viaje al Uno.

(...)

Muchos preferirán no experimentar el viaje sagrado a través de un camino establecido y buscarán en su santuario interior una senda que los lleve al mismo destino. No hay caminos correctos ni caminos falsos hacia El Uno. Y no hay modo de determinar, entre el infinito número de caminos posibles, cuál es el más directo, pues cada camino es único.

(...) Todo cuanto hayas leído o escuchado, o lo que te hayan enseñado respecto a cuál es el camino espiritual correcto, es menos importante que lo que te ha mostrado tu experiencia. (...)

(...) (varias páginas después...)

Lo que buscas está dentro de ti mismo.

(...)

Asimismo, no cedas a la tentación de tratar de convertir a tu familia y amigos a tu nueva dirección espiritual, si no han mostrado cierta predisposición. Tu camino es sólo tuyo. Y tienes tanto derecho a convencer a otro ser de tu verdad personal como ellos de hacerlo contigo. Concede a los demás la libertad que buscas para ti, y habrás demostrado aquello que más deseas compartir con los demás.

Enseña con el ejemplo aquello que ansías compartir.

(...)

Es mucho más poderoso vivir tu vida que predicarla.


"El Uno", fragmentos del capítulo 29 (referencia sobre este libro: aquí).

Y del capítulo 32 extraigo lo siguiente:

Tu propio resplandor ayudará a iluminar la senda de quienes caminan junto a ti, aunque sólo sea un instante, simplemente por compartir la sinceridad de tu propio momento. No es necesario intentar nada para ayudar a otro que pasa por una lección que tú has aprendido duramente. Por el mero hecho de estar presente y sistener esa vibración trascendente, le proporcionas el estímulo necesario para descubrir lo que tenía ante sus ojos todo ese tiempo. Y así has obrado.

(...)

En realidad, hay un solo Ser.

(...)

Resulta evidente que no hay hechos azarosos. Las presuntas coincidencias, a las que antes no dabas importancia, distan mucho de ser irrelevantes.

(...)

Es el ser colectivo el que asciende, aunque, desde tu punto de vista personal, te da la impresión de que sólo tú efectúas los saltos cuánticos.

(...)

Eres ese Uno.


El Uno (***)
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jueves, 24 de febrero de 2011

Diversidad en la Unidad

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Al repasar lo que consideras tu historia, observarás que, salvo raras excepciones, la raza humana ha sido constante a la hora de denunciar a sus semejantes por su diferencia. Se considera que si nuestras percepciones son correctas y, en consecuencia, verdaderas, la percepción distinta de otro ser constituye, por lo tanto, una falsedad. Apenas ahora la conciencia colectiva comienza a asumir que las incontables diferencias de perspectiva entre los seres no evidencian un mundo de falsedad, sino que son una muestra de los infinitos niveles de la verdad Divina, personificados en cada ser.

Cada cual habita una visión única y cada experiencia individual de la conexión Divina es diferente. Tal vez describas tu experiencia del despertar con las mismas palabras que otro individuo, o acaso descubras, al escuchar o leer las palabras de otro, que sus sentimientos describen los tuyos. Sin embargo, el lenguaje apenas se aproxima a la esencia de la experiencia. Y aunque muchas presuntas autoridades han salpicado el camino con señales tranquilizadoras y reconocibles, la experiencia real es tuya y sólo tuya. El lenguaje apenas alcanza a rozar la sensación de unidad con la propia Divinidad.

Así pues, al hablar debes saber que hablas para ti mismo. Tu verdad no puede ser la verdad de otro, pues cada cual percibe la vida a través de una lente que ofrece una visión adaptada únicamente a sus ojos. Al encontrarnos con las percepciones contradictorias de otro, tenemos la ocasión de contemplar, con fascinación, esas diferencias. La percepción diferente del otro no invalida la tuya, tan sólo añade la riqueza del contraste a la visión unificada del Uno.

(...)

Nadie ha encontrado nunca a otro ser que perciba el mundo exactamente como él. Y así es como debe ser. Vuestras diferencias en el macrocosmos de tu mundo han inspirado históricamente guerras y atrocidades perpetradas recíprocamente. En estos tiempos, esas diferencias inspirarán el reconocimiento colectivo de la armonía potencial inherente a esa diversidad. Si todos silbaran la misma nota, no habría música. Si todos pintaran el lienzo de su creación vital con el mismo color, lo colectivo sería una visión insípida desprovista de contraste o detalle.

Al dejar de malgastar la energía invalidando las percepciones de otro como medio para reforzar las propias, creamos el espacio necesario para validar todas las variaciones de una visión compartida y asentamos el trabajo previo para una experiencia mutua de armonía. Este principio se puede aplicar interpersonal e interculturalmente, y forma la base a partir de la cual las diferencias que ahora te apartan de otro ser pasan a ser la fuerza que os une.

La clave para armonizar con la verdad de la visión de otra persona consiste en mantener la propia verdad como un tesoro que hay que honrar, valorar y proteger. En el reconocimiento de la verdad de tu perspectiva en la experiencia de la vida, descubres que la tuya es una valiosa pieza de la visión global de la realidad. Resístete a la tentación de renunciar a lo que tu experiencia y sensibilidad te han mostrado que eres. Inevitablemente, habrá presiones para que abandones tu visión y te unas a la actitud colectiva.

(...)

Conserva tu visión. Y sabe que tu perspectiva es la que es porque tú eres quien eres: único. Tu propósito en la forma física es encarnar ese carácter único, no para imponérselo a otro, sino para manifestarlo gráficamente ante ti mismo.


"El Uno", capítulo 29 (libro mencionado aquí).
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Felicidad instantáneamente presente

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Todo es bueno... todo.

El hombre es infeliz porque desconoce que es feliz. Sólo por eso. ¡Eso es todo, eso es todo! Cualquiera que lo descubra será feliz instantáneamente, ahora mismo.


Fiodor Dostoievski
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miércoles, 23 de febrero de 2011

El objetivo: AHORA

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El objetivo de la vida consiste en vivir AHORA en este momento presente, siempre. Si conviertes en obsesión el mejorar las condiciones futuras, ni vives en el aparente presente ni en el ilusorio futuro.

El presente momento es el momento eterno. No hay más eternidad que el AHORA, incluso antes de que el tiempo existiera.


Ramesh S. Balsekar

Dices que a su debido tiempo veremos
a Dios y Su luz.
¡Tonto!
¡Nunca verás
lo que hoy no veas!


Ángelus Silesius
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martes, 22 de febrero de 2011

La verdad no se halla muy lejos

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Si no puedes hallar la verdad donde estás, ¿dónde esperas encontrarla?

La verdad no se halla muy lejos; es siempre presente. No es algo que haya que alcanzar porque ni uno solo de tus pasos te aleja de ella.


Dogen

La meditación es precipitarse a la realidad. No te aísla del dolor de la vida. Te permite ahondar tan profundamente en la vida y en todos sus aspectos que perforas la barrera del dolor y trasciendes el sufrimiento.

Henepola Gunaratana
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lunes, 21 de febrero de 2011

Conciencia de ser

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Un fragmento de una conversación con Sri Nisargadatta Maharaj:

Pregunta: ... Integrar y fortalecer la mente no es tarea fácil. ¿Cómo se puede empezar?

Maharaj: Solamente puedes empezar desde donde eres. Eres aquí y ahora. No puedes salirte del aquí y ahora.

Pregunta: Pero, ¿qué puedo hacer aquí y ahora?

Maharaj: Puedes ser consciente de tu ser, aquí y ahora.

Pregunta: ¿Eso es todo?

Maharaj: Eso es todo. Nada más.

Pregunta: Despierto y soñando soy consciente de mí mismo. Eso no me ayuda mucho.

Maharaj: Eras consciente de lo que pensabas, sentías o hacías. No eras consciente de tu ser.

Pregunta
: ¿Qué nuevo factor es el que usted quiere introducir?


Maharaj
: La actitud del puro testigo: observar los sucesos sin tomar parte en ellos.


Cita extraída del libro "El nirvana: aquí y ahora", de Josh Baran.
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domingo, 20 de febrero de 2011

Un libro interesante: «El Uno»

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Es un libro sobre la Unidad en el contexto de los "tiempos actuales". Copio el texto que aparece en la contraportada:

El Uno

En una revelación divina sin precedentes, El Uno ofrece a la humanidad una asombrosa visión de quiénes somos en realidad y de adónde nos dirigimos.

En febrero de 1998, Rasha inició un profundo diálogo con la Presencia universal, "El Uno" —la Divinidad que todos compartimos—. A medida que El Uno la fue guiando paso a paso a través de la angustia de un viaje experiencial hacia la comprensión Divina, Rasha documentó concienzudamente los principios del fenómeno que llamamos "vida".

Estas páginas muestran una deslumbrante visión de los cambios que están alterando silenciosamente la fibra de nuestras vidas y nuestro mundo. Nos muestran cómo la realidad se manifiesta vibratoriamente, y cómo nuestras respuestas emocionales disponen el escenario para atraer la experiencia vital. Aprenderemos a reconocer los signos y síntomas del proceso de ascensión —el ingreso de nuestra conciencia en niveles acelerados de realidad— y también cómo aprovechar ese potencial.

Sembrado de brillantes conceptos metafísicos y catalizadores del cambio, El Uno habla sin tecnicismos y de una forma amorosa y personal. Este libro nos lleva a los confines de nuestra propia humanidad y a las profundidades de la Divinidad interior. Leerlo se convierte en una experiencia sagrada, un viaje que proporciona al lector las herramientas atemporales para una verdadera transformación.


Lo siguiente es breve, es el párrafo final del capítulo 15:

Quizás percibas que tu mundo se reajusta por sí solo de una manera apenas perceptible, y luego, momentos más tarde, descubres que todo es muy diferente a como lo recordabas. A medida que te involucres más profundamente en el proceso, advertirás que sólo hay un factor que permanece constante en tu percepción de la realidad. Una conciencia. Un sentido del ser como algo no separado de todo cuanto nos rodea, pero que se reconoce a sí mismo como la consumada integración de todo lo que es percibido y todo lo que percibe. Es la experiencia del Uno hacia la que te encaminas. Es la experiencia que constituirá tu realidad antes de lo que imaginas.

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La parábola de los diez necios (comentada por Ramana Maharshi)

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Recojo una explicación que dio Bhagavan Sri Ramana Maharshi, donde narró el relato de los diez necios, relato citado como metáfora explicativa.

El Brahma Jnana (Realización, Conocimiento del Ser) no es un conocimiento que tenga que ser adquirido, de modo que al adquirirlo pueda uno obtener la felicidad. Es la propia perspectiva ignorante de uno lo que hay que abandonar. El Sí mismo que tratas de conocer eres verdaderamente tú mismo. Tu supuesta ignorancia te causa una innecesaria aflicción, como la de los diez necios que lamentaban la «pérdida» del décimo hombre, que jamás se había perdido.

Los diez necios de la parábola vadearon un río y, al alcanzar la otra orilla, quisieron asegurarse de que realmente todos ellos habían cruzado sanos y salvos la corriente. Uno de los diez empezó a contar, pero sólo contó a los otros y se excluyó a sí mismo de la cuenta. «No veo más que nueve» —dijo el más sentimental de los diez necios—, «lo hemos perdido». Y diciendo esto rompió a llorar, y los otros nueve lo imitaron.

Viéndolos llorar así a la orilla del río, un viajero compasivo les preguntó la causa. Ellos le contaron lo sucedido y dijeron que incluso después de haberse contado varias veces, no pudieron encontrar más que nueve. Al oír el relato, pero puesto que veía a los diez ante él, el viajero comprendió lo que había ocurrido. Y para que ellos mismos se dieran cuenta de que eran realmente diez y de que todos habían cruzado sanos y salvos el río, el viajero les dijo: «Que cada uno de vosotros cuente por sí mismo, pero uno tras otro, en serie, uno, dos, tres y así sucesivamente a medida que yo os voy dando una bofetada a cada uno, de manera que todos podáis estar seguros de haber sido incluidos en la cuenta, e incluidos sólo una vez. Entonces encontraremos al décimo hombre "perdido"». Al oír esto, todos se alegraron ante la perspectiva de encontrar a su camarada "perdido" y aceptaron el método sugerido por el viajero.

Mientras el buen viajero iba dando una bofetada a cada uno de los diez por turno, el que recibía la bofetada se contaba a sí mismo en voz alta. «Diez», dijo el último al recibir a su vez la última bofetada. Perplejos, se miraron unos a otros. «Somos diez», dijeron al unísono y agradecieron al viajero que los hubiera liberado de su aflicción.


Esa es la parábola. ¿De dónde fue sacado el décimo hombre? ¿Estuvo perdido alguna vez? Al saber que había estado allí todo el tiempo, ¿aprendieron ellos algo nuevo? La causa de su aflicción no era la pérdida real de ninguno de los diez, sino su propia ignorancia, o más bien la mera suposición de que uno de ellos se había perdido —aunque no pudieran encontrar de quién se trataba— porque sólo contaban nueve.

Eso es lo mismo que te ocurre a ti (le habla a la persona que le había preguntado previamente, la destinataria directa de estos comentarios). En realidad no hay ninguna causa para que seas desdichado e infeliz. Tú mismo impones limitaciones a tu verdadera naturaleza de Ser infinito, y después lloras porque te parece que no eres más que una criatura finita. Entonces emprendes una sadhana (práctica espiritual) u otra para trascender esas limitaciones inexistentes. Pero si tu propia sadhana da por supuesta la existencia de las limitaciones, ¿cómo puede ayudarte a trascenderlas?

Por consiguiente, te digo que sepas que eres realmente el Ser puro e infinito, el Sí mismo absoluto. Tú eres siempre ese Sí mismo y nada más que ese Sí mismo. Así pues, no puedes ser nunca realmente ignorante del Sí mismo; tu ignorancia es sólo una ignorancia en apariencia, como la de los diez necios respecto del décimo hombre "perdido". Esa es la ignorancia que les causaba aflicción.

Sabe, pues, que el verdadero Conocimiento no crea para ti un Ser nuevo, sino que sólo elimina tu "ignorancia ignorante". La Felicidad no resulta agregada a tu naturaleza, sino que simplemente se revela como tu estado natural y verdadero, eterno e imperecedero. La única manera de liberarte de tu aflicción es conocer y ser el Sï mismo. ¿Cómo puede ser eso inalcanzable?


Ramana Maharshi

El texto citado aparece en el libro "El Evangelio de Sri Ramana Maharshi", en el libro II, capítulo I.
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Historia puránica del sabio Ribhu y su discípulo Nidagha

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Este relato es narrado por Ramana Maharshi durante la siguiente conversación:

Devoto: En lugar de indagar «¿quién soy yo?», ¿puedo hacerme a mí mismo la pregunta: «¿Quién sois Vos?», puesto que entonces mi mente puede fijarse en Vos, a quien considero Dios en forma de guru? Quizás estaría más cerca de la meta de mi búsqueda con esa indagación que preguntándome a mí mismo «¿quién soy yo?».

Maharshi: Sea cual sea la forma que adopte tu indagación, finalmente debes llegar al único yo, el Sí mismo.

Todas estas distinciones entre el «yo» y el «vos», el maestro y el discípulo, etc, no son más que un signo de la propia ignorancia. Sólo el Yo supremo es. Pensar de otro modo es engañarse a uno mismo.

Es particularmente instructiva a este respecto una historia puránica del sabio Ribhu y su discípulo Nidagha.

Aunque Ribhu enseñó a su discípulo la suprema Verdad del Brahman uno sin segundo, Nidagha, pese a su erudición y su entendimiento, no adquirió suficiente convicción para adoptar y seguir la vía del jnana, sino que se instaló en su ciudad natal para llevar una vida dedicada a la observancia de la religión ceremonial.

Pero el sabio amaba tan profundamente a su discípulo como éste veneraba a su maestro. A pesar de su edad, Ribhu solía ir a la ciudad a ver a su discípulo, sólo para comprobar hasta qué punto este último había dejado atrás su ritualismo. A veces el sabio iba disfrazado, para poder observar cómo actuaba Nidagha cuando no sabía que estaba siendo observado por su maestro.

En una de esas ocasiones, Ribhu, que se había disfrazado como un rústico aldeano, encontró a Nidagha observando atentamente una procesión real. Sin ser reconocido por Nidagha el ciudadano, el rústico aldeano preguntó a qué venía todo aquel bullicio, y se le respondió que el rey pasaba en procesión.

— ¡Ah! Es el rey. ¡Y va en la procesión! Pero ¿dónde está? —preguntó el rústico.

— Ahí, sobre el elefante —respondió Nidagha.

— Dices que el rey está sobre el elefante. Sí, ya veo a los dos —dijo el rústico—. Pero tú hablaste de «arriba» y de «abajo»: ¿qué significan?

— ¡¿Cómo?! —exclamó Nidagha—. Ves a los dos, pero ¿no sabes que el hombre que está arriba es el rey y que el animal que está abajo es el elefante? ¿De qué sirve hablar con un hombre como tú?

— Te ruego que no te impacientes con un ignorante como yo —imploró el rústico—. Pero tú hablaste de «arriba» y de «abajo»: ¿qué significan?

Nidagha ya no pudo aguantar más:

— Tú ves al rey y ves al elefante, a uno arriba y al otro abajo. ¿Y aún quieres saber qué se entiende por «arriba» y por «abajo»? —estalló Nidagha—. Si las cosas que ves y las palabras que oyes pueden comunicarte tan poco, sólo la acción puede enseñarte. Inclínate, que así lo comprenderás perfectamente.

El rústico hizo lo que se le dijo. Nidagha se subió sobre sus hombros y le dijo:

— Sábelo ahora. Yo estoy arriba como el rey, y tú estás abajo como el elefante. ¿Está lo suficientemente claro?

— No, todavía no —fue la tranquila respuesta del rústico—. Dices que tú estás arriba como el rey, y que yo estoy abajo como el elefante. El «rey», el «elefante», «arriba» y «abajo», hasta aquí está claro. Pero te ruego que me digas qué entiendes por «yo» y por «tú».

Cuando Nidagha se vio así subitamente confrontado con el tremendo problema de definir el «tú» como diferente del «yo», se hizo la luz en su mente. Al instante se postró de un salto a los pies de su maestro, diciendo: «¿Quién sino mi venerable maestro, Ribhu, podría haber apartado así mi mente de las superficialidades de la existencia física para guiarla hacia el verdadero ser del Sí mismo? ¡Oh, benigno maestro, suplico tus bendiciones!».


Por consiguiente, si tu meta es trascender aquí y ahora estas superficialidades de la existencia física mediante el Atma-vichara, ¿dónde está el margen para establecer las distinciones entre «tú» y «yo», que sólo pertenecen al cuerpo? Cuando vuelves la mente hacia dentro, buscando la fuente del pensamiento, ¿dónde está el «tú» y dónde el «yo»?

Debes buscar y ser el Sí mismo que lo incluye todo.


Texto extraído del libro "El Evangelio de Sri Ramana Maharshi", capítulo I del libro II.
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sábado, 19 de febrero de 2011

Paz, felicidad, reencarnación, consciencia (Ramana Maharshi)

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Devoto: La idea teosófica de dar sucesivas iniciaciones antes de alcanzar moksha (liberación), ¿es exacta?

Maharshi
: Quienes alcanzan
moksha en una sola vida deben haber pasado por todas las iniciaciones en sus vidas anteriores.

D: La Teosofía dice que, después de la muerte, los jnanis (sabios, liberados) tienen que elegir cuatro o cinco líneas de trabajo, no necesariamente en este mundo. ¿Cuál es la opinión de Bhagavan?

M: Es posible que algunos emprendan una tarea, pero no todos.

D: ¿Es usted consciente de una hermandad de rishis (sabios) invisibles?

M: Si son invisibles, ¿cómo puede verlos usted?

D
: En la consciencia.


M: No hay nada externo en la consciencia.

D: ¿Puedo reconocerlos?

M: Si usted reconoce su propia realidad de usted mismo, entonces la de los rishis y maestros se volverá clara para usted. Solo hay un maestro, y ése es el Sí mismo.

D
: ¿Es verdadera la reencarnación?


M: La reencarnación sólo existe mientras hay ignorancia.

No hay realmente ninguna reencarnación, ni ahora ni antes, ni tampoco la habrá en el futuro. Ésta es la verdad.

D: ¿Puede un yogi conocer sus vidas pasadas?

M: ¿Conoce usted la vida presente, para que quiera conocer las pasadas? Encuentre el presente, entonces el resto seguirá solo. Incluso con el limitado conocimiento de su actual vida, usted sufre mucho; ¿por qué debe cargarse con más conocimiento? ¿Para sufrir más?

D: ¿Utiliza Bhagavan poderes ocultos para hacer que otros realicen el Sí mismo, o basta para ello el mero hecho de la Realización de Bhagavan?

M: La fuerza espiritual de la realización del Sí mismo es mucho más poderosa que el uso de todos los poderes ocultos. Puesto que no hay ningún ego en el sabio, no hay ningunos «otros» para él. ¿Cuál es el mayor beneficio que puede serle conferido a usted? Es la felicidad, y la felicidad nace de la paz. La paz solo puede reinar donde no hay ninguna perturbación, y la perturbación se debe a los pensamientos que surgen en la mente. Cuando la mente misma está ausente, hay paz perfecta. A no ser que una persona haya aniquilado la mente, no puede obtener la paz y ser feliz. Y a menos que ella misma sea feliz, no puede dar felicidad a «otros». Sin embargo, puesto que no hay ningunos «otros» para el sabio que no tiene mente, el mero hecho de su realización del Sí mismo es suficiente para hacer felices a los «otros».

Conversación extraída del libro "El Evangelio de Sri Ramana Maharshi" (Maharshi's Gospel); final del capítulo VII del Libro I.

Seguimos con el mismo libro, capítulo VIII del Libro I:

Devoto: ¿Cómo puedo obtener paz? No me parece obtenerla a través de la auto-indagación (vichara).

Maharshi: La paz es tu estado natural. Es la mente lo que obstruye el estado natural. Has hecho tu vichara sólo en la mente. Indaga qué es la mente, y ella desaparecerá. Aparte del pensamiento, la mente no existe. Sin embargo, debido a la emergencia del pensamiento, supones un algo donde éste se origina y lo llamas la mente. Pero cuando indagas para ver lo que es, encuentras que realmente no existe tal cosa como la mente. Cuando la mente se ha desvanecido así, entonces te das cuenta de la paz eterna.

D: A través de la poesía, la música, el japa (repetición de un mantra o un nombre de Dios), el bhajana (canto de canciones devocionales), la visión de bellos paisajes, leyendo poemas espirituales, etc., uno experimenta a veces una sensación verdadera de la unidad de todo. ¿Es esa sensación de profunda felicidad apacible (donde el sí mismo personal no tiene cabida) lo mismo que la entrada en el Corazón de la que habla Bhagavan? ¿Llevará la práctica de ello a un samadhi más profundo y así finalmente a una visión plena de lo Real?

M: Hay felicidad cuando a la mente se le presentan cosas agradables. Es la felicidad inherente al Sí mismo, y no hay ninguna otra. Y no es ajena ni lejana. En esas ocasiones que consideras placenteras, te estás sumergiendo en el Sí mismo, y esa sumersión da como resultado la felicidad autoexistente. Pero por causa de la asociación de ideas atribuyes esa felicidad a otras cosas o acontecimientos, cuando en realidad está dentro de ti. En esas ocasiones te estás sumergiendo en el Sí mismo, aunque inconscientemente. Si lo haces conscientemente, con la convicción que proviene de la experiencia de que eres idéntico a la felicidad —la cual es ciertamente el Sí mismo, la única Realidad—, lo llamas Realización. Quiero que te sumerjas conscientemente en el Sí mismo, es decir, en el Corazón.

El Evangelio de Sri Ramana Maharshi
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El Ser es autoevidente, es autoluminoso

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Ramana Maharshi: «El Ser se realiza con la no-mente (o mente "muerta"), es decir con la mente vacía de pensamientos y vuelta hacia adentro. Entonces la mente ve su propia fuente y deviene Eso. No es como el sujeto que percibe un objeto».

«Cuando la habitación está a oscuras, es necesaria una lámpara que ilumine y ojos que conozcan los objetos. Pero cuando ha salido el sol, no hay ninguna necesidad de una lámpara, y los objetos se ven; para ver el sol no es necesaria la lámpara, es suficiente que usted vuelva sus ojos hacia el sol autoluminoso».

«Similarmente con la mente. Para ver los objetos es necesaria la luz reflejada de la mente. Para ver el Corazón es suficiente que la mente se vuelva hacia él. Entonces la mente se pierde y el Corazón brilla».

Conversaciones con Sri Ramana Maharshi, 19 de noviembre de 1935

«La mar no es consciente de sus olas. Asimismo, el Ser no es consciente de sus egos».

Conversaciones con Sri Ramana Maharshi; 20 de abril de 1935
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viernes, 18 de febrero de 2011

13 de Febrero del 2011 — LA FUENTE — Autres Dimensions

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(Se trata de una canalización, pero lo que importa es el mensaje que se comparte):

Original en francés.
http://www.autresdimensions.com
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com

LA FUENTE

13 de febrero de 2011

Mi Amigo, mi amado, soy lo que eres. Tú eres mí y Yo soy tú. Vengo a expresarme, más allá de las palabras, por la Vibración ya que, hoy más que nunca, en tu espacio-tiempo, nuestros espacios y nuestro tiempo son llamados a encontrarse, a desposarse. Hace aquí algún tiempo, te había pedido acordarte de tu promesa y de mi juramento. En la actualidad, es hora de despertar lo que eres. La hora está al final de nuestra separación. La hora está al nacimiento de tu reunificación, en ti y en mí. Hijo del Uno, así nombrado por los Arcángeles, tu eres mí y yo soy tú. Nosotros somos uno, irremediable y definitivamente. La hora ha sonado. Los tiempos de la Luz han llegado. Los tiempos de tu nacimiento y tu renacimiento han llegado. Mi amigo, mi Amado, no te queda más que acogerme como yo te acojo a fin de vivir el milagro de una sola cosa. Porque nosotros somos Uno. Solo la Ilusión de tu tiempo y la experiencia, dentro un primer tiempo deseado, nos ha separado. Mas esta separación no es más que ilusión porque ahora vas a tomar la plena consciencia de nuestra reunión.

Nuevamente, la hora ha llegado de recorrer los espacios de la creación ya que el taller del tiempo no tiene razón de ser. La hora ha llegado de liberarte. La hora ha llegado de encontrarme, como yo te encuentro. La hora ha llegado de empezar el viaje. El viaje infinito, ese que te trae a eso eres. El viaje que te trae a tu libertad, a tu liberación en el seno de los espacios Unificados de la creación. Mi amigo, mi Amado, hoy. Hoy y ahora el tiempo se detiene. El espacio te está abierto, enteramente. Solo tienes que superar, trascender tus últimos miedos. Miedo por lo desconocido que, sin embargo, te vuelve a ser conocido. Mis emisarios están contigo y en ti. Yo mismo estoy contigo y en ti. Mi Amigo, mi Amado, la hora ha llegado de ir hacia tu Eternidad. La hora ha llegado de pedir prestado tu vehículo de Luz. La hora ha llegado de encontrar enteramente, nuestra alianza, nuestra dirección común, nuestro vínculo que es Libertad, nuestra atadura que no es una pero que, por lo tanto, nos junta en resonancia y Alegría. Yo como tú, y tú como yo. Hoy, si tú lo quieres, si tú lo puedes. Hoy, si tu Corazón recobra su Dimensión original, entonces, nada más tiene que ser explicado, nada más tiene que ser incluido ya que, en mi seno y en tu seno, se encuentra todo esto que es necesario para Ser.

Hoy, mi amigo, mi Amado, tu dimensión de Ser se encuentra. En el seno de tu Vibración y de tu Templo, recobras tu dimensión de Eternidad, tu dimensión de Hijo Ardiente del Sol, Sol tú mismo, Sol de Eternidad, Luz eterna que nada, que nada ha podido borrar, que nada ha podido ensombrecer, si no son algunas Sombras que han sido colocadas. Pero esta Sombras no están más ya que la Luz es todo. Ya que la Luz engloba la Sombra. La Luz. Mi Amigo, mi Amado, Mi niño, hoy, no hay más distancia. Hoy, tu despertar ha llegado. Tu develar ha sonado. La hora de la entrega se acerca para tu Consciencia. Vas a recobrar las esferas de la eternidad y tu libertad, la más total, de vivir, de ir donde bien te parezca, de no estar más limitado, en ningún caso, por cualquier cosa o por quienquiera.

Hoy, tú redescubres tu Dimensión de Eternidad ya que el despertar ha sonado. Hoy tu redescubres tu Dimensión del Corazón que es la sola Verdad, eterna, inefable.

Mi Amigo, mi Amado, la hora ha llegado de abrirte a mí como yo me abro a ti. La hora ha llegado de volverte claro e iluminado del Interior. La hora ha llegado de volver a ser el faro que eres, más allá de la Ilusión de este mundo, más allá de los juegos y las tomas de poder que han existido. Tú estás bien más allá de eso ya que tú eres la Eternidad. Tú eres a mi imagen, como yo soy a tu imagen. Oh, por supuesto, no hablo de este cuerpo sino esto que está más allá de este cuerpo. Este cuerpo que es un Templo y un receptáculo que ninguna ilusión y ninguna falsificación ha podido alterar. Cualesquiera sean las apariencias tú estás entero y siempre has estado entero. Los velos no están más. Mis servidores bien amados vienen a servirte como yo mismo vengo a servirte, ya que la creación es Servicio: Servicio infinito de la Luz para la Luz.

Hoy, mi Amigo, mi Amado, si tú te abres en totalidad hacia la Luz que tú eres, ninguna sombra más, ningún miedo puede habitar dentro de algún rincón de tu alma y de tu Espíritu. Mi Amigo, mi Amado, tú eres Espíritu y tú eres Verdad. Mi Amigo, mi Amado, hoy, hoy, se abre para ti, lo inefable, lo infinito y lo indefinido. Mas nada podrá estar encerrado, cerrado, para ti. La libertad es total. Acógeme dentro de este Templo que es tu cuerpo ya que necesitas de mí como yo necesito de ti, en total Libertad. He necesitado de ti para aclarar a aquellos de tus Hermanos y Hermanas que no están aún despiertos. Irradia, ábrete y despiértate a fin de despertar este mundo hacia su propia Luz. A fin de encontrar el juramento de la Eternidad. A fin de encontrar tú Libertad la más total.

Mi Amigo, mi Amado, acuérdate del Uno que tú eras. Acuérdate del Uno que tú eres y que tú serás ya que, siempre y de toda eternidad, tú has sido Uno. Vive, vive y Vibra en tu Templo. Acógeme como yo te acojo. Acoge, pasa a ser lo que tú eres, en totalidad. Mi Amigo, mi Amado, las Sombras han sido disueltas, los velos se levantan, en totalidad. Nada más podrá decidir tu nacimiento. Nada más podrá decidir tu despertar y tu develar hacia tu Dimensión de Eternidad. Nada más podrá oponerse. Nada más podrá frenar lo que se revela. Mi Amigo, mi Amado, yo te amo. Amate. Amate ya que tu eres mí y yo soy tú. No hay más distancia. No hay más separación.

Mi Amigo, mi Amado, descubriendo tu Unidad descubres la Unidad de la creación. Somos Uno ya que todo es Uno. No hay más distancia. Con eso. Esto te es ofrecido ya que esto es tu don. Esto es tu herencia. Esto es tu Verdad. Mi Amigo, mi Amado, tu Corazón se regocija en mi Presencia como yo me regocijo en tu Presencia. Abre las válvulas de tu Amor y de tu Alegría ya que esto es lo que eres, en Verdad. Nada más que el Amor. Nada más que la Alegría. Nada más que el infinito y la eternidad, sin límite alguno, sin resistencia. Es esto lo que eres. Conviértete en la Estrella que tú siempre has sido. Tú te has sembrado y has florecido. Hoy, mi amigo, mi Amado, solo esto que tú eres cuenta a mis ojos. Ya que esto que tú eres resplandece sobre todos los otros que están a tu alrededor y que quizás aún, tienen miedo de despertar y despertarse en totalidad. Entonces, mi Amigo, mi Amado, abre tu Corazón, ábrete en totalidad. Vibra, irradia esto que tú eres, más allá de la apariencia, más allá de los sufrimientos de este mundo. Tú tienes los medios, por lo que eres, ya que yo soy tú, el ser inefable. En ti, y esta no es una palabra vana, brilla la belleza de los mundos, en totalidad. Ya que eres el todo. No eres una parte del Todo. Toma Consciencia de todo lo que eres.

Yo estoy en ti como tú estás en mí. No hay más barrera. No hay mas Sombra. Todo está aclarado. Todo se aclaró. Eres Luz. Soy Luz. La luz desposa la Luz ya que no hay diferencia entre tu Luz y mi Luz. No hay más que la distancia de la vacilación que ha sido puesta por las Sombras llevadas y aportadas. Hoy, esto no está más. Hoy, tienes la posibilidad de vivirlo en Verdad. Mi Amigo, mi Amado, recobra tu Unidad ya que esto es lo que eres. Brilla, Brilla de la Luz que es tuya. Brilla de la Luz que te abreva. Brilla ya que eres Fuente, como soy Fuente. Entre tú y yo, no hay más diferencia. Entre tú y yo, no hay escala de grandeza. Entre tú y yo, debe haber identificación. Como el que envié dijo: “Yo y mi Padre somos Uno”. Hoy tu puedes decir: “Yo y la Fuente somos Uno”, por fin reunidos, por fin unificados.

Mi Amigo, mi Amado, más allá de las palabras, entiende más allá de la Vibración de las palabras que yo pronuncio. Experimenta. Experimenta eso que eres: la totalidad de los mundos. Ya que eres eso. Nada más y nada menos. Eres el todo. Entonces, en ti, Vibra el universo. En ti, Vibra la Fuente. Encuentra, deja nacer lo que eres. ¿Qué quieres que llegue a tu infinito? ¿Qué quieres que llegue de nefasto a esto que eres? Ya que, esto que eres, lo has sido siempre. Entonces, en qué un cambio, cualquiera que sea, puede modificar eso que tú eres dentro la eternidad. Simplemente, hoy recuperas tu patria, tu eternidad. Tú recuperas, por afinidad, todo esto que has necesitado y ansiado de encontrar. Mi Amigo, mi Amado, no pongas ningún límite ya que te he concebido ilimitado y sin límite. Y eres así. Encuentra eso y aún más. Vive el mundo que te ofrezco. Lo ilimitado que te ofrezco. Ya que eres eso.

Mi Amigo, mi Amado, no olvides. No pierdas jamás de vista y de Corazón eso que eres ya que, cada día ahora, de tu tiempo, es un tiempo de despertar. Cada día de tu tiempo es un instante de eternidad entre tú y yo. Entre tú y todos tus Hermanos y Hermanas. La Luz es don. La Luz es Servicio. La Luz es. Eres entonces Servicio, don, ya que tú eres. Mi Amigo, mi amado, te has creado Gracia a ti mismo ya que te he creado Gracia. Vibra. De la vibración de la Unidad, de la Consciencia Unitaria donde ninguna distancia puede aparecer. Insértate dentro de tu inmensidad. Insértate dentro de la inmensidad de tu creación. Ciertamente te podrían decir que yo soy creador y que tú eres creatura pero eso, aún, es una visión fragmentaria y parcial de la Verdad. Ciertamente, este cuerpo que habitas, y que es tu Templo por el momento, ha sido creado. Pero tú, puro Espíritu de Libertad, de Amor, tú eres creado de toda eternidad, sin comienzo ni fin. Ya que ¿cómo eso que es eterno podría tener un principio y un fin? No.

Mi Amigo, mi Amado, abre hoy las válvulas de esto que eres. Abre los ojos y abre el Corazón. Refuta todos los límites que te son impuestos por este mundo. Eso no lo he querido y tú tampoco. Olvida. Olvida todo concepto de falta. Olvida todo concepto que te encerraría de nuevo dentro cualquier cosa. Solo la visión de tu personalidad, que tú habitas, podrá hacerte dudar. Ya que, mi Amigo, mi Amado, yo te he creado sin dudas, sin Sombras, sin miedos. Tú te has creado como yo te he creado. Nos creamos. Entonces, para el taller de la creación, hoy, tú debes jugar la separación de la eternidad. No estar más limitado. No estar más encerrado. Irradiar sobre este mundo. Irradiar dentro del universo. Esto es lo que te vuelves cuando te abres. Lo ilimitado, en el seno de un espacio ahora limitado, por poco tiempo, por este cuerpo, que va a convertirse, él también, Luz. Pura Luz.

Mi amigo, mi Amado, te he enviado una multitud de seres de Dimensiones diversas, de orígenes diversos, para asistir en tu despertar. Los Servidores están allí, a fin de garantizar su Servicio de Luz. Mi Amigo, mi Amado, sé plenamente y enteramente esto que eres. Olvida todo esto que está limitado y que podría hacerte creer en tu limitación, creer en tu encerramiento. No hay nada que creer ya que estás más allá de toda creencia. Eres la Verdad. Y eres la eternidad. Entonces, Vibra al unísono de tus Hermanos y tus Hermanas por otra parte, venidos a tu encuentro, hoy. La Luz, tu Luz, es capaz de borrar, de sobrepasar todo esto que ha podido manifestarse de limitante y de Sombra. Mi Amigo, mi Amado, yo estoy contigo ya que tú estás conmigo. Dentro de una resonancia de Libertad, de Amor total, donde ninguna condición puede insertarse entre tú y yo.

Mi Amigo, mi Amado, el canto del Amor de la tierra, el canto del Amor de este sistema solar va a resonar pronto. Eso es Alegría ya que esto es la eternidad. No tienes nada que temer. Ya que, ¿cómo el infinito y el eterno podrían temer cualquier cosa? Mi Amigo, mi Amado, vas a encontrar muy pronto el conjunto de tus formas posibles, sin estar limitado en alguna forma, libre de ir y de venir dentro del conjunto de tus creaciones. Mi Amigo, mi amado, recuérdate. Mi Amigo, mi Amado, el conjunto de las creaciones de Luz están ahora en ti y a tu alrededor. Es el tiempo de no rehacer más que Uno, con todos nosotros. Mi Amigo, mi Amado, estamos aquí para asistir, no para asistirte, sino para asistir a tu despertar. El despertar de tu eternidad. Entonces, solo hay que acoger y aceptar, mi Amigo, mi Amado. Terminaré por estas palabras y por esta Vibración que es el canto de mi Amor por tu Amor.



... Efusión Vibratoria...




Mi Amigo, mi Amado, como tú lo sabes o quizá no lo sabes, incluso en el seno de este mundo, nunca te he abandonado. Yo mismo tomé cuerpo. Yo mismo fabriqué un cuerpo, en diferentes épocas, en diferentes momentos, a fin de ver, por mí mismo, y de experimentar por mí mismo, esta Ilusión de separación, esta ilusión de sufrimiento. Así pude ver, por mis ojos y por mi carne, por mí mismo, esto que tú vivías. Cada vez el cuerpo que creaba no podía subsistir, dentro de esta carne y dentro de este sufrimiento de Corazón, sino poco tiempo. Entonces sí, admiro tu valor por haber vivido, tanto, y tanto tiempo en este tiempo que está limitado. Hoy, esto está terminado.


Mi Amigo, mi Amado, hay tiempo ahora, no de dejarse sino de hacerme vivir, en ti, ya que yo soy tú. Acoge. Acoge esto que tú eres y acoge esto que yo soy. No te digo hasta pronto sino hasta nunca. Ya que nunca es ahora y siempre. Mi Amigo, mi Amado, es tiempo ahora de hacer silencio de las palabras y de bañarse en nuestra Presencia común. Mi Amigo, mi Amado para la Eternidad.



... Efusión Vibratoria…

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La ignorancia no es real

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Ramana Maharshi: (...) Saber que nunca ha habido ignorancia es la meta de todas las enseñanzas espirituales. La ignorancia debe ser del que es consciente. La consciencia es jnana (conocimiento). Jnana es eterno y natural. Ajnana (ignorancia) es innatural e irreal (...) Las gentes preguntan: «¿Cómo surgió la ignorancia (avidya)?». Nosotros tenemos que decirles: «La ignorancia no ha surgido nunca. Ella no tiene ningún ser real. Eso que es, es sólo vidya (conocimiento)».

Pregunta: ¿Por qué entonces yo no lo realizo?

Ramana Maharshi: Debido a los samskaras (tendencias mentales). Sin embargo, encuentre quién no lo realiza y qué no realiza. Entonces estará claro que no hay ninguna avidya (ignorancia).

Conversaciones con Sri Ramana Maharshi; 30 de noviembre de 1936
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jueves, 17 de febrero de 2011

La práctica espiritual

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Pregunta: «Si el Ser está siempre realizado, no es necesario hacer ninguna práctica, sólo debemos mantenernos en quietud, ¿cierto?».

Ramana Maharshi: «Si usted puede mantenerse en quietud sin darse a otras ocupaciones, eso es muy bueno. Si no puede hacerse eso, ¿de qué sirve estar quieto en lo que atañe a la realización? Mientras uno está obligado a ser activo, que no abandone el empeño de realizar el Sí mismo».

Conversaciones con Sri Ramana Maharshi; 1 de octubre de 1936
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miércoles, 16 de febrero de 2011

Gracias por este Momento

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Gracias, Padre Bondadoso, por este Bendito Día Eterno.
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martes, 15 de febrero de 2011

Meditación — Momento — Ser

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La meditación es lo que es. Meditar es sencillamente ser. Ya sea en quietud mental o incluso en la quietud física (la cual se ofrece como inspiradora ayuda), en este Aquí y Ahora vacío de planes y de cavilaciones, donde brilla con toda su plenitud el esplendor del Momento eterno, que es el Ser Uno Mismo, que es Amor, Bondad, Tranquilidad total.

No hay pasado. No hay futuro. Ni siquiera hay presente. Todo eso no son más que pensamientos coloreando Lo Que Es.

Este puro Momento ES todo lo que hay... ¡Gozo!

Sé libre, como lo eres. Yo Soy Lo Que Yo Soy.

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lunes, 14 de febrero de 2011

Sólo un nivel

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[Larry Shainberg —«Larry-san»— fue alumno de Kyudo Roshi, un maestro japonés de Zen que hablaba sólo un poco inglés]

Cuando le dije a Kyudo Roshi que estudiaba para ser monje, una mirada de incredulidad cruzó su rostro. Entonces comenzó a reír.

— ¿Tú, monje? ¿Larry-san monje? ¡Ja, ja, ja!

Creí por un instante que no iba a recuperar nunca el control sobre sí mismo, pero entonces, de súbito, dejó de reír y me miró fijamente.

— No, Larry-san. Tú no monje. Tú monje ahora. ¿Comprender? ¡Monje ahora! Escucha: «Yo, monje». Yo ser monje a los seis años. Cuatro años de templo, quince años monasterio. ¿Por qué tú querer ser monje?

Tartamudeando ligeramente le dije:

— Quiero llevar mi práctica a un nivel más profundo.

— ¿Nivel más profundo? —y comenzó de nuevo a reír—. ¿Qué querer decir: «Nivel más profundo»? La práctica Zen ser sólo de un nivel. Sin alturas, ¿entender? Sin diferencias.


Lawrence Shainberg

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domingo, 13 de febrero de 2011

Este Momento es todo lo que hay

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No hay nada más que este Momento.

Este Momento es lo único que hay.

Y como dijo Ralp Waldo Emerson:

«Este momento es tan bueno como cualquier otro momento de la eternidad».

Post relacionado: «¿Cuánto tiempo se necesita para llegar a este momento?»

Otros posts relacionados: http://jugandoalegremente.blogspot.com/search/label/Momento
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Un único koan

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La verdadera meditación es convertirlo todo —toser, tragar, saludar, movimiento y quietud, hablar y actuar, bien y mal, fama y vergüenza, pérdida y ganancia— en un único koan.

Hakuin
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sábado, 12 de febrero de 2011

Más allá de las palabras, de las creencias, de los opuestos

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Última dosis del libro "Una ausencia muy presente", de Jeff Foster:

(...) Es por esto por lo que, cuando ahora digo «No hay nada que puedas hacer para conseguir esto», también me doy cuenta de que, en el mismo instante en que el indicador se convierte en una creencia, deja de ser cierto. Por ello, la persona que cree sinceramente que "no hay nada que puedas hacer" y que "todo es inútil" y se pasa el día tumbada en la cama, no ha entendido absolutamente nada. Para tal persona, los indicadores se han convertido en conceptos que han cristalizado en creencias que acaban desembocando en el estancamiento y la depresión. Ésta es una trampa muy habitual... lo sé bien porque he caído en ella muchas veces.

Hay quienes realmente creen que no hay persona ni ego. Hay quienes realmente creen que no hay nada que obtener. Hay quienes realmente creen que no hay futuro, África ni planeta Tierra. Pero el problema es la creencia porque, cuando se convierte en una creencia, acaba estancándose. Es una persona con una creencia. Y entonces uno entra en la lucha interminable de mi creencia frente a la tuya.

Pero, cuando uno ve con absoluta claridad que no hay nada que hacer —porque esto ya es totalmente completo—, el estancamiento se desvanece. Entonces uno se levanta de la cama con el corazón completamente abierto a otro día de no-conocimiento. "Nada que hacer" no es más que un concepto. Y "algo que hacer" también es otro concepto.

Nagarjuna dijo:


Decir "es" es aferrarse a la permanencia.
Decir "no es" es aferrarse al nihilismo.
Es por esto por lo que la persona sabia
no dice esto "es" ni esto "no es".


La mente existe y la mente no existe. Nada que hacer y algo que hacer. Práctica y no práctica. Pasado y no pasado. Yo y no-yo. No hay ninguna necesidad de aferrarse a la polaridad ni de negar ambos polos.

(...) Y, aunque no exista ni deje de existir se trata, en cualquiera de los casos, de un juego.

Y todo concluye en la paradoja más absoluta. Nada que hacer y todo que hacer. Nada y algo. Yo y no-yo. Nadie y alguien. Los opuestos se funden y lo que se ve en la no-dualidad no puede ser comprendido.

(...) jamás hubo paradoja alguna.

(...) ¿Cómo podría comunicarte la intimidad, la libertad, la paz, la vacuidad y la plenitud que acompañan al hecho de sentarte, ahora mismo, en esta silla? (...)

Y todas las paradojas se resuelven aquí, en la más absoluta simplicidad y sorpresa de lo que es.


Como postre final, unas gotas finales, copiadas del último capítulo del libro:

No existe la menor necesidad de defenderse. No existe la menor necesidad de demostrar nada.

***

La vida es una ofrenda y se nos ofrece ahora, y ahora, y también ahora.

La vida nos regala imágenes, sonidos, olores y sentimientos sin pedirnos nada a cambio. Pero nosotros nos pasamos la vida queriendo más. (...)

Esta liberación no tiene absolutamente nada que ver contigo. Si crees que "tú" puedes alcanzar la liberación, te pasarás el resto de la vida tratando de atrapar tu cola. No puedes alcanzar la liberación ni puedes despertar, porque esto ya está completamente despierto. Ya es total y completo, y la búsqueda sólo tiene sentido desde el sueño de la separación.


Jeff Foster
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viernes, 11 de febrero de 2011

Trinos de un "pájaro" llamado Jeff

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Voy a citar algunas reflexiones más de Jeff Foster, de su libro "Una ausencia muy presente", así con este post y los anteriores le habremos dado un buen repaso a dicho libro jejeje...

Tú jamás podrás liberarte de la búsqueda, porque eres la búsqueda.

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Considera la posibilidad de que no estés leyendo estas palabras.

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Todo lo que te ha sucedido en la vida ha sido perfecto. Todo ha ocurrido para que te encontrases con el personaje exactamente donde estaba. Y qué duda cabe de que así lo hizo, porque todo lo que ocurre es, en última instancia, una proyección de ti mismo.

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Lo único que hay es juego. Juega, pues, con la vida. ¿Acaso hay algo más que hacer cuando desaparece la búsqueda?

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¿Quieres despertar? Antes que nada debes descubrir si hay alguien sentado en esa silla. Y, cuando te das cuenta de que, en esa silla, no hay nadie, reconoces también con suma claridad que nadie puede nunca despertar.

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Tú no puedes dejar de pensar. ¿Puedes acaso empezar a pensar? Si realmente fueses el creador de tus pensamientos, si realmente estuvieras creando los pensamientos dolorosos, también podrías ponerles fin. En tal caso podrías detenerlos y también podrías no haberlos siquiera iniciado.

¿No ves acaso que los pensamientos no son tuyos? ¿No ves acaso que tus pensamientos son tan tuyos como el canto de ese pájaro? El pájaro canta y los sonidos ocurren, eso es todo.


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Nadie ha muerto nunca. (...) ¿Crees acaso que puedes morir? Pregúntate antes si realmente naciste.

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El dolor es siempre una historia del dolor, es siempre una historia pasada.

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Lo único que existe es la bondad.

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(...) Y también sabía que todo lo que pudiese decir al respecto sería falso. El Tao del que puede hablarse no es el verdadero Tao.

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Yo no tengo el menor interés en lo que el mundo me diga. Y comparto, por el puro gozo de hacerlo, este mensaje hasta el momento en que deje de compartirlo. La gente escuchará o seguirá su camino y todo me parecerá bien.

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Renunciar a las prácticas espirituales no es más que otra práctica espiritual.

La ideología anti-práctica espiritual no es más que otra ideología.


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La ira nunca es tuya. (...) nunca ha sido tu ira. No es más que ira. (...) Y no hay, en eso, ningún problema. La ira no es, en tal caso, más que una expresión de la energía que se convierte en parte de la textura de este instante. Canta un pájaro, pasa un coche a toda velocidad, un gatito se frota contra tus piernas y aparece la ira. La ira no es sino una más de las cosas que están ocurriendo.

La ira —o miedo o cualquier otra emoción, sensación o sentimiento— ocupa también aquí un lugar. Con demasiada frecuencia se considera que la espiritualidad consiste en desembarazarse de las llamadas emociones "negativas" y en tratar de acercarse a lo que consideramos "positivo". Pero ésa no es más que una falsa dicotomía que acaba escindiendo el mundo en dos. (...) cuando la vemos con claridad, la ira es totalmente inocente. Entonces no hay necesidad alguna de dirigirla contra el mundo. Entonces no vas por ahí matando, torturando ni mutilando a nadie. Porque lo que entonces ves es que no hay nada, absolutamente nada, que debas defender. Sólo hay ira, sin nadie que esté enfadado.

Cuando dejamos que la ira viva su propia vida, no hay problema alguno porque, en tal caso, se desvanece del mismo modo en que aparece. Y lo mismo sucede con el miedo, la tristeza y la alegría. Llegan y se van sin dejar rastro, antes de que puedas decir "estaba enfadado" o "tenía miedo". En el momento en que lo mencionas, la ira y el miedo han desaparecido, se han ido y se han visto reemplazados por algo nuevo. Todo está limpio y hay un retorno a la inocencia.


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(...) Dios canta en todo y como todo.

No en vano, el significado literal de la palabra "universo" es el de "una sola canción".


Jeff Foster
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miércoles, 9 de febrero de 2011

Citas resonantes

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Estoy leyendo un libro de Jeff Foster, Una ausencia muy presente, y algunas líneas que me han gustado las estoy copiando al blog.

Primero dos citas que recoge Jeff Foster en dicho libro:

Entre el polo del amor,
que dice
"yo lo soy todo"
y el de la sabiduría,
que insiste en que "no soy nada"
se mueve toda mi vida.

Nisargadatta Maharaj


No hay "modo" alguno de liberarse.
Si pregunta "cómo puede liberarse"
es que no está escuchando.

Jiddu Krishnamurti


Y a continuación todas las siguientes líneas, del mismo libro, son fragmentos que he entresacado de lo que va diciendo Jeff Foster aquí y allá a lo largo de las diversas páginas.

Es muy sencillo. Yo no quiero nada y todo lo que sucede me parece bien.

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¿Importa acaso, cuando estás viendo una película, lo que le ocurre al personaje?

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¿Qué quieres hacer con tu vida? Ésa es siempre una pregunta equivocada. Espera a ver lo que la vida hace.

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¡Qué condenadamente perfecto es todo cuando mueres y lo que ocurre deja de importar!

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Nada de esto debe ser entendido.

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Miras y descubres —¡Dios mío!— una silla que se ofrece y te sostiene incondicionalmente y sin pedirte nada a cambio. Es realmente extraordinario.

La silla no se pregunta quién eres. A la silla le da lo mismo quién creas ser. A la silla no le interesa lo que hayas hecho o dejado de hacer. No le preocupa lo que hayas logrado o dejado de lograr, lo que creas o dejes de creer. Le da lo mismo si eres un triunfador o un fracasado, o si has alcanzado o no tus objetivos. Le da lo mismo si crees estar iluminado o no estar iluminado. Le da lo mismo tu aspecto y el modo como estés vestido. Le da lo mismo si estás sano o enfermo, si eres budista, judío o cristiano, si eres joven o viejo, y si entiendes o dejas de entender. Lo único que la silla hace es ofrecerse de manera incondicional.

El mensaje es muy sencillo y lo transmite algo tan normal y corriente como una silla.

Y no sólo una silla, sino todas las cosas. Todas las cosas se ofrecen de manera incondicional.

El secreto es éste:

La vida, en realidad, no es tal. Es una ofrenda.


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Todo es gratuito. Las sensaciones corporales, los sonidos, el frescor de la brisa y hasta los pensamientos que, originándose en ningún lugar, acaban disolviéndose en ningún lugar. Ésa es la gracia. Ésa es la Unidad.

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No hay personas despiertas ni personas iluminadas... porque, en realidad, no hay personas.

Quienes afirman estar iluminados y quienes dicen «yo estoy despierto y tú no» o «yo veo esto y tú no», son personas que todavía creen en la separación. ¡Pero "yo estoy despierto y tú no" es una forma extrema de separación!

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En el mismo momento en que pienso o digo algo, sé que lo opuesto de lo que acabo de decir o de pensar también puede ser cierto. Entonces es cuando los opuestos dejan de oponerse y, en lugar de amenazarse, se complementan. Y entonces es también cuando uno puede empezar a jugar con los opuestos.

Las palabras dejan entonces de ser el enemigo y la vida se convierte en algo divertido.


***

Esto está más allá de la existencia y de la no existencia. Está más allá del yo y del no-yo. Está más allá del sujeto y del objeto, del tiempo y del espacio, del pasado y del futuro. Todas las palabras están de más cuando lo más fascinante del mundo es tomarte una taza de té, percibir el canto de un pájaro o escuchar el ruido del tráfico.

***

Cualquier intento de impedir el despliegue de la vida sólo conduce al agotamiento, la frustración y la desesperación. La vida resulta imposible de bloquear. La vida siempre prevalece. La vida acaba con todo intento de bloquearla y destroza todo lo que obstaculiza su camino. Es pura vitalidad, energía pura. Convendrá, puesto que la vida no puede ser bloqueada... no intentarlo siquiera.

La liberación es, en cierto modo, una especie de pérdida. La pérdida de todo lo que estaba de más, la pérdida de todas las tonterías. Entonces vemos con absoluta claridad lo que ya era pero que, en nuestra búsqueda de algo más, nos pasaba inadvertido.

Es una vida sin buscador. Es la muerte del buscador y el comienzo de otra cosa.

Cuando la búsqueda concluye, cuando vemos con absoluta claridad la futilidad de la búsqueda, esto —es decir, lo que es— resulta fascinante, porque es todo lo que queda. Cuando te despojas de todo, literalmente de todo, te quedas desnudo ante la vida, sin nada que la bloquee, completamente expuesto y completamente vulnerable. Pero es precisamente entonces cuando descubres la fortaleza que se deriva de la absoluta certeza de que ningún poder del mundo puede llegar jamás a rozarte. Entonces permaneces desnudo frente a la vida, te fundes con ella y todo acaba desapareciendo.

Y entonces te fundes también con lo que es. Y lo que es se convierte en tu compañero constante. Cuando te fundes con todo, jamás vuelves a sentirte solo.


***

Dicho en pocas palabras, la búsqueda revela entonces su fracaso. La mente no consigue lo que quería. Siempre estuvo buscando algo, algo que obtener en el futuro, un futuro que, por cierto, jamás llegó.

La búsqueda fracasa, pero estaba condenada a fracasar porque se asentaba en la falsa premisa de que aquí había una persona que se sentía incompleta y quería acabar con la sensación de incompletud. Cuando, no obstante, advertimos que aquí no hay nadie, la búsqueda sencillamente concluye.


***

Finalmente, sin embargo, todo se desvanece, incluida la esperanza y también, en consecuencia, la desesperanza. La desesperanza sólo es posible cuando uno está aferrado a la esperanza, a la esperanza de que exista algo más que esto. Pero cuando toda esperanza se desvanece, cuando realmente desaparece, no hay posible desesperanza. Entonces es cuando la esperanza y la desesperanza se disuelven y te quedas aquí, sentado en esta silla y diciéndote: «¡Espera un poco! ¡Esto no está tan mal! ¡Lo que está sucediendo no está tan mal! ¡De hecho es perfecto! Estoy sentado en una silla cómoda. Estoy respirando. Mi cuerpo está caliente. ¿Qué hay de malo en este momento?». Y entonces es cuando aparece la sorprendente revelación de que quizás todo haya estado siempre bien.

***

La vida siempre ocurre aquí, pero nosotros estamos demasiado ocupados yéndonos a otro lado.

***

El misterio no puede ser conocido. Nadie lo conoce.

Viene de ningún lugar y va a ningún lugar y, entre un momento y otro, hay un despliegue sorprendente. Nadie jugando a serlo todo. La Unidad jugando a estar separada. Jamás podremos descubrir el misterio y jamás podremos alcanzar el despertar, porque ya lo estamos viviendo, siempre estamos viviéndolo.

Pero, obviamente, no somos nosotros quienes lo vivimos, porque eso se vive a sí mismo. Eso despierta por la mañana, se cepilla los dientes y se va a trabajar. Eso lava los platos, pasea con los amigos, vuelve a casa y se mete en la cama. Eso es lo que lo hace todo.


***

Y, cuando todo concluye, sólo queda la gratitud más profunda por todo lo que se nos ha regalado.

Jeff Foster

Posteé un apartado entero de dicho libro aquí: http://jugandoalegremente.blogspot.com/2011/02/la-busqueda-del-hogar-jeff-foster.html

¡Saludos!
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martes, 8 de febrero de 2011

La búsqueda del hogar (Jeff Foster)

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La ola y el océano

La búsqueda del hogar

Vamos directamente a la
raíz:

Esto nunca nos parece suficiente.

Lo que está sucediendo ahora mismo en el momento presente —es decir, esto—, nunca nos parece suficiente. De un millón de formas diferentes, nos pasamos la vida buscando, anhelando y deseando otra cosa.

Buscando algo más.
Buscando algo distinto.
Buscando algo diferente a lo que ahora ocurre.
Buscando algo —en el futuro— que nos satisfaga, nos complete y nos salve.
Buscando respuestas... nos asaeteamos a preguntas hasta volvernos locos.

Jamás hemos sabido descansar aquí, jamás hemos sabido relajarnos completamente en lo que está ocurriendo. Siempre hemos estado sometidos a impulsos que nos empujan hacia un momento futuro en el que suponemos que las cosas irán mejor. Y, como nuestra atención está tan atrapada en el futuro —como en su reflejo, el pasado—, lo que ahora ocurre acaba reducido a un medio para alcanzar un fin, un simple momento en una larga secuencia compuesta por muchos otros momentos. Y como nunca estamos contentos con esto, siempre estamos esperando un futuro mejor.

Eso es, precisamente, lo que llamo búsqueda. Y, en este sentido, todos somos buscadores, porque todos estamos buscando algo.

La búsqueda se expresa de un millón de formas diferentes. En el llamado mundo material tenemos la búsqueda de dinero, de felicidad, de estatus, de relaciones mejores y más satisfactorias, de una sensación de identidad más fuerte. Más cosas que nos hagan sentir más seguros. Es muy importante, en el mundo material, saber quiénes somos, hacer que nuestra vida funcione, cumplir con nuestro destino, alcanzar nuestros objetivos y satisfacer nuestras ambiciones. En el mundo material, es muy importante triunfar. La búsqueda se inicia, a fin de cuentas, para ser alguien en el mundo. Queremos hacer algo con nuestra vida antes de morir.

Por ello el mundo material suele ser tan insatisfactorio. Y por ello nos orientamos también hacia las enseñanzas espirituales. Pero nuestro objetivo, a partir de entonces, deja de ser el de tener un millón de libras esterlinas en nuestra cuenta corriente, un coche más rápido o un matrimonio más satisfactorio. Ahora queremos despertar. Ahora queremos la iluminación. Ya no queremos un nuevo coche, sino acceder a un estado alterado de conciencia. Ya no queremos una nueva relación, sino la beatitud permanente. Y, en lugar del éxito mundano, queremos la iluminación, queremos perder algo llamado ego y trascender algo llamado mente.

Pero no, por ello, la búsqueda espiritual deja de ser, como la material, una búsqueda. En ambos casos, tanto si se trata de la búsqueda de riqueza material como de la búsqueda de iluminación espiritual, se trata del mismo movimiento mental, es decir, de una búsqueda, de un movimiento que se orienta hacia un futuro inexistente.

Es la búsqueda, para , de algo en el futuro.

Lo que se halla, pues, en la raíz de toda búsqueda es el "yo".

Quiero tener, en mi cuenta corriente, un millón de libras y también quiero tener, para , la iluminación espiritual. ¡Yo, yo y más yo!

En el núcleo mismo de toda búsqueda se asienta la sensación de un individuo, una identidad, una persona o un yo separado.

La sensación de ser una entidad separada de la vida, separada de esto, separada de los demás, separada del mundo y separada de la Fuente.

En el núcleo mismo de toda búsqueda se halla la sensación de incompletud, la sensación de no estar completos, la sensación de estar fragmentados, perdidos, alienados y, en suma, alejados de nuestro verdadero hogar.

Esta sensación de carencia impregna todos los resquicios de la vida del individuo separado. El yo separado siempre repite el mismo mantra: «No es suficiente, no es suficiente». Y esta sensación de carencia no es exclusivamente intelectual. No es una mera creencia, sino la sensación, tan profundamente arraigada que impregna toda experiencia, de no estar en casa. En algún momento estuvimos en casa, pero ya hemos dejado de estar ahí. Y, en tanto que individuos separados, vivimos angustiados por el recuerdo difuso de una intimidad tan próxima que ni siquiera podemos nombrarla.

Es como cuando, en la infancia, nuestra madre nos dejaba solos en la habitación. Súbitamente desaparecía y nos veíamos desbordados por una añoranza y una nostalgia que, pese a ser inexplicables, parecían dirigirse al núcleo mismo de nuestro ser.

Esta nostalgia parece brotar directamente de la sensación de ser una persona separada.

Pero, como veremos, no es nuestra madre lo que realmente añoramos. Nuestra madre no es más que el símbolo de algo mucho mayor. Lo único que queremos es regresar a la Fuente, regresar al Océano, regresar a casa... regresar, en suma, a lo que éramos antes de que todo esto comenzase.

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Donde hay separación también hay nostalgia, la nostalgia de acabar con la separación, de curar la división, de poner fin a la sensación de contracción y de expandirnos de nuevo en la inmensidad.

Es como el anhelo de la ola de volver a fundirse con el océano. Aunque no nos demos cuenta de que jamás hubo ola separada del océano, la ola siempre fue una manifestación perfecta del océano. La ola siempre estuvo empapada, empapada de Ser, siempre fue 100% agua.

Jamás hemos estado separados del océano. Jamás hemos estado separados de la totalidad. Lo único que existe es el sueño de esa separación. Pero siempre, a pesar de ello, hemos estado buscando el camino de regreso a nuestro hogar.

Obviamente, jamás lo reconocimos así, porque esta añoranza se manifestó como el deseo de un coche nuevo, de tener más dinero, de tener a ese hombre o a aquella mujer. Pero, por mundana que fuese su manifestación, siempre hemos añorado secretamente perder el mundo y zambullirnos en la Vida.

Jeff Foster


Copiado del libro "Una ausencia muy presente: La liberación en la vida cotidiana", de Jeff Foster; es una de las secciones del apartado o capítulo 1.

Más posts en este blog relacionados con Jeff Foster aquí: http://jugandoalegremente.blogspot.com/search/label/Jeff%20Foster
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lunes, 7 de febrero de 2011

El que mora en el interior de tu corazón

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Pregunta: ¿Voy por el buen camino hacia el Origen?

Respuesta: Aún albergas una duda. Necesitas un camino por el que ir de un sitio a otro, de la misma manera que necesitas un camino para ir desde Malasia hasta India. Pero en la realización del Ser, ¿cuántos kilómetros tendrás que recorrer? ¿Qué camino has de seguir para llegar a tu Ser? ¿Necesitas un coche, un tren o un avión?

No necesitas vehículo alguno porque lo que buscas se encuentra justo Aquí y Ahora. Has de comprenderlo Ahora mismo. Tan sólo compréndelo y no te esfuerces por alcanzarlo.

¡Comprende que el Ser es eterno y que es siempre Aquí!

Cuando vas de aquí hasta allí, el Ser no se mueve. El Ser está siempre en tu interior mientras tú viajas de aquí para allá. El Ser es el que mora en el interior de tu corazón. Reside en la gruta del corazón. No es móvil y todo existe en Él. Has de comprenderlo ahora mismo.

H. W. L. Poonja (Poonjaji)

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domingo, 6 de febrero de 2011

Nuestro centímetro cuadrado

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... No esperes con expectación tu iluminación en un día venidero. Tan sólo has de levantarte y dirigirte [interiormente] hacia tu centímetro cuadrado [de mente]. Busca ahí y no en ninguna otra parte.

Si así lo haces, cientos de miles de enseñanzas e incontables aspectos referentes a los Budas fluirán desde ahí y llenarán cielos y tierra. Es importante evitar buscar el camino [externamente]; no hay más que confiar en el Ser.


Si a pesar de andar de aquí para allá durante incontables eones sin estar por un solo instante separado del Ser, desconoces Su existencia, eres como alguien que Lo tuviera en sus manos y Lo estuviera buscando desde Oriente hasta Occidente. Por muy confuso que eso pueda parecerte, sólo se debe a que te has olvidado del Ser. Hoy, el maravilloso mundo de los Budas y las distintas transmisiones de los maestros consiste —contemplándolo en toda su extensión— solamente en esto. Por esto nunca dudamos de ello.


Keizan


Keizan, el cofundador de la escuela de Zen Soto, en Japón, enseñó que simplemente sentarse en meditación era en sí iluminarse. Sin buscar ninguna experiencia especial. Simplemente estando sentado en quietud.

Josh Baran


Citado del libro El nirvana; aquí y ahora, de Josh Baran.
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