miércoles, 25 de abril de 2018

La sabiduría de Epicteto

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La tranquilidad es siempre un valor a tener en cuenta. Permanecer tranquilo convierte cualquier momento cotidiano en muy disfrutable. Y todos podemos aprender a ser tranquilos y calmados, pues se trata de un cambio de actitud ante la vida, en el que vamos aprendiendo a reaccionar cada vez con menos ira ante las sorpresas externas, adquiriendo la capacidad de sentir un oasis de calma interior incluso en "mitad de las tormentas" de la vida.

Supongo que el antiguo filósofo Epicteto (* c. 55 - † 135 d.C.) debía ser bastante tranquilo, porque algunas de sus frases expresan este tipo de actitud. Por ejemplo:

Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo contrario, échate a reír.

Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar.

La felicidad no consiste en adquirir y gozar, sino en no desear nada, pues consiste en ser libre.

No pretendas que las cosas ocurran como tú quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz.

Si tienes ganas de no ser frustrado jamás en tus deseos, no desees sino aquello que depende de ti.

Lo que inquieta al hombre no son las cosas, sino las opiniones acerca de las cosas.

La fuente de todas las miserias para el hombre no es la muerte, sino el miedo a la muerte.

El exceso de cólera engendra la locura.

El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.

Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo de falta de educación. Acusarse a uno mismo, demuestra que la educación ha comenzado.

¿Quieres dejar de pertenecer al número de los esclavos? Rompe tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho.

¿Qué ganarías con injuriar a una piedra que es incapaz de oírte? Pues bien, imita a la piedra y no oigas las injurias que te dirijan tus enemigos.

No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo.

La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.

El sol no espera a que se le suplique para derramar su luz y su calor. Imítalo y haz todo el bien que puedas sin esperar a que se te implore. 


El ignorante no espera de sí mismo su bien y su mal, sino de los otros. El filósofo tan solo espera bien y mal de sí mismo. 

No depende de nosotros el ser ricos, pero sí el ser felices. Además, las riquezas no son siempre un bien, porque suelen ser poco duraderas. En cambio, la felicidad que proviene de la sabiduría perdura siempre.

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sábado, 21 de abril de 2018

4 citas de Franz Kafka

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Franz Kafka, aquel genial escritor, autor de relatos tan peculiares como "El proceso", "La metamorfosis", y tantos relatos más breves y de estilo muy peculiar, escribió también algunas notas sueltas con breves ideas (aforismos o brevísimas reflexiones).

Traigo aquí 4 citas sacadas de esas breves notas (las negritas que aparezcan son mías), comentando alguna idea que me ha venido a la mente al leerlas:

Las cornejas afirman que una sola corneja podría destruir el cielo. Esto es indudable, pero no demuestra nada contra el cielo, pues los cielos significan precisamente: imposibilidad de las cornejas. (Franz Kafka)

Comentario: El ego cree poder destruir la paz plena, pero la paz plena significa precisamente que es imposible que exista el ego. El tiempo cree poder limitar la eternidad/intemporalidad, pero el significado de eternidad es precisamente que no existe el tiempo.

La expulsión del Paraíso es eterna, en su parte esencial: así, la expulsión del Paraíso es definitiva, la vida en el mundo ineludible, la eternidad del proceso (o expresado temporalmente: la eterna repetición del proceso) hace posible, a pesar de todo, que no solo pudiéramos quedarnos continuamente en el Paraíso, sino que en realidad estamos continuamente allí, indiferentemente de que nosotros lo sepamos o no. (Franz Kafka)

Comentario: Lo sepamos conscientemente o no, ya somos lo que eternamente somos: el mundo no existe, sino que lo único que existe es la paz plena, el verdadero Ser.

Si aquello que se supone que se destruyó en el Paraíso era destructible, entonces no era definitivo; pero si era indestructible, vivimos entonces en una falsa creencia. (Franz Kafka)

Comentario: Solo uno de los dos es verdad: o Dios (el Ser, la paz plena) o el mundo (los cambios, el conflicto, el sufrimiento o ausencia de paz plena). Creemos vivir en el mundo, pero Dios es inmutable y lo único que existe. Experimentar cualquier otra cosa que no sea paz plena es una falsa creencia. Pues lo que no existe (el mundo, el ego, el cambio) no puede destruir a lo que existe y es inmutable.

No es necesario que te vayas de la casa. Quédate en tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, tan solo espera. Ni siquiera esperes, estate completamente callado y solo. El mundo se te ofrecerá para desenmascararlo, no puede hacer otra cosa, extasiado se prosternará ante ti. (Franz Kafka)

Comentario: ¿Hacer o ser? No hay necesidad de hacer nada, excepto dejar de juzgar/proyectar. Más que un hacer, es un deshacer que permite revelar el ser. El fondo del lago contiene el tesoro desde el principio, pero no lo veremos si seguimos echando piedras al agua. La verdad se revela cuando no se perturba la paz.

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jueves, 12 de abril de 2018

"A mi hijo", carta de Matthias Claudius

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La siguiente carta, del poeta Matthias Claudius a su hijo Johannes (Juan), apareció en 1799 y como fue publicada influyó en numerosos lectores, entre ellos el filósofo Arthur Schopenhauer, quien recibió este texto como regalo de su propio padre (quien fallecería poco después, en 1805, cuando Arthur Schopenhauer tenía 17 años). Schopenhauer mantuvo estos consejos consigo, releyéndolos a lo largo de su vida, como una especie de legado paterno.

A MI HIJO

Querido hijo:

«No tengo oro ni plata;
mas lo que tengo, eso te doy».

(Hechos de los Apóstoles, 3:6)

Lentamente se aproxima el tiempo en que debo emprender el camino que no tiene regreso. No puedo llevarte conmigo y te dejo en un mundo en el que los buenos consejos no salen sobrando.

Nadie es sabio de nacimiento. Aquí el tiempo y la experiencia enseñan y limpian la conciencia; yo he observado el mundo más tiempo que tú.

Querido hijo, no todo lo que brilla es oro. He visto caer algunas estrellas del cielo y quebrarse muchos bastones en los cuales uno confiaba para poderse sostener, por eso, quiero darte algunos consejos y decirte lo que yo encontré y lo que el tiempo me ha enseñado.

Nada es grande si no es bueno y nada es verídico si no perdura. No te dejes engañar por la idea de que puedes aconsejarte solo y que conoces el camino por ti mismo. Este mundo material es para el hombre demasiado poco y el mundo invisible no lo percibe, no lo conoce; ahórrate pues esfuerzos vanos, no te aflijas y ten conciencia de ti mismo.

En este mundo el hombre no está en su hogar, no vale la pena apegarse demasiado a la vida, somos extraños a este mundo porque no pertenecemos a él; no se debe querer huir del mundo, pero tampoco apegar el corazón al mismo.

Considérate demasiado bueno para obrar mal. No entregues tu corazón a cosas perecederas. La verdad, querido hijo, no es gobernada por nosotros sino que nosotros debemos ajustarnos a ella. Lo que puedes ver míralo con tus propios ojos; sobre lo invisible y lo eterno, atente a la palabra de Dios. Mantente fiel a la religión de tus padres y huye de los merolicos teólogos.

No desconfíes de nadie tanto como de ti mismo; dentro de nosotros vive el juez que nos enseña y cuya voz es más importante para nosotros que el aplauso de todo el mundo y la sabiduría de los griegos y egipcios; hazte el propósito, hijo, de no actuar contra su voz y si algo piensas o intentas hacer, póntelo primero en la mente y pídele consejo a tu juez interno; al principio, él hablará únicamente en forma muy suave balbuceando como una criatura inocente. Sin embargo, si honras su inocencia soltará su lengua y te hablará en forma más perceptible.

Aprende con gusto de los demás y escucha con atención donde se hable de sabiduría, dicha humana, luz, libertad, virtud, pero no confíes inmediatamente en todo porque no todas las nubes llevan agua y existen diversos caminos para seguir.

Hay quienes creen que dominan una materia porque hablan de ella; pero no es así hijo mío, no se tienen las cosas por poder hablar de ellas, palabras solo son palabras y ten cuidado si fluyen de forma demasiado hábil y ligera, pues los caballos cuyos carros están cargados de mercancías avanzan con pasos más lentos. Nada esperes del trajín ni de los trajinantes y pasa de largo donde haya escándalo callejero. Si alguien quiere enseñarte sabiduría, mírale la cara, si lo ves enorgullecido, déjalo, no hagas caso de sus enseñanzas por más famoso que sea. Lo que uno no tiene no lo puede dar, y no es libre aquel que puede hacer lo que quiere sino que es libre aquel que puede hacer lo que debe hacer, y no es sabio el que cree que sabe sino el que se percató de su ignorancia y logró sobreponerse a la vanidad.

Piensa con frecuencia en cosas sagradas y ten la seguridad de que ello te traerá ventajas y así serás como la levadura que fermenta la masa del pan. No desprecies religión alguna puesto que están consagradas al espíritu y tú no sabes lo que pudiera estar oculto bajo apariencias insignificantes. Desdeñar algo es fácil, hijo, pero es mucho mejor comprenderlo.

No instruyas a otros hasta que tú seas instruido. Acógete a la verdad si puedes y gustosamente permite que te odien a causa de ella; has de saber, sin embargo, que si tus cosas no son cosas de verdad, cuida de no confundirlas puesto que de ser así vendrán sobre ti las consecuencias; simplemente haz el bien y no te preguntes por lo que de ello resulte.

Quiere sólo una cosa y esa quiérela de corazón. Cuida de tu cuerpo pero no de tal manera como si fuera tu alma. Obedece a la autoridad y deja que otros la discutan. Sé correcto con cualquier persona, pero no te confíes fácilmente. No te mezcles en asuntos ajenos y los tuyos arréglalos con diligencia.

No adules a persona alguna y no te dejes adular. Honra a cada quien según su rango y deja que se avergüence si no se lo merece. No debas a persona alguna, pero sé afable como si todos fueran tus acreedores. No quieras ser siempre generoso pero procura ser siempre justo. A nadie debes sacar canas (ofender), sin embargo cuando obres con justicia no te preocupes por ellas.

Desconfía de la gesticulación y procura que tus modales sean sencillos y correctos. Si tienes algo, ayuda y da con gusto, y no por ello te creas superior; y si nada tienes, ten a mano un trago de agua fresca y no por ello te creas menos.

No lastimes a doncella alguna y piensa que tu madre también lo fue. No digas todo lo que sabes, pero siempre debes saber lo que dices. No dependas de ningún poderoso.

No te sientes donde se sientan los burlones, porque ellos son los más miserables de todas las criaturas. Respeta y sigue a los hombres piadosos, mas no a los santurrones. El hombre que tiene en su corazón verdadero temor a Dios es como el sol que brilla y calienta, aunque no hable.

Haz lo que merezca recompensa, pero no pretendas obtenerla. Si tienes necesidades, quéjate ante ti mismo y ante nadie más.

Lo mejor que puedes dar a un enemigo es el perdón. A un oponente, tolerancia. A un amigo, oídos. A tu hijo, buen ejemplo. A tu madre, una conducta que la haga sentirse siempre orgullosa de ti. A tu prójimo, siempre caridad. A ti mismo, amor propio.

Ten siempre algo bueno en la mente.

Cuando yo muera, ciérrame los ojos y no me llores. Ayuda y honra a tu madre mientras viva.

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lunes, 9 de abril de 2018

El origen del problema

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Si te tocas y te duele en todas partes, mira a ver si lo que tienes es el dedo roto.

He encontrado esta metáfora en internet, que me ha gustado. Me recuerda a lo que dijo Ramana Maharshi de que no se trata de aplanar el mundo si nos molestan las piedras al caminar, sino que lo sensato es simplemente ponernos unos zapatos. No se trata de cambiar el mundo, sino nuestra mentalidad, nuestra actitud, nuestra propia percepción. 

Si la mente es feliz, no solo el cuerpo, sino el mundo entero será feliz. Así pues, uno debe encontrar la manera de devenir feliz. Uno no puede hacer esto excepto encontrándose a sí mismo por la auto-indagación. Pensar en reformar el mundo sin hacer eso es como pensar en cubrir el mundo entero con cuero para evitar el dolor causado por caminar sobre piedras y espinas cuando está disponible el método mucho más simple de llevar zapatos de piel.

Ramana Maharshi 

( cita extraída de este post: http://jugandoalegremente.blogspot.com/2011/01/la-atencion-llevada-uno-mismo-antes-que.html )

En cuanto a la metáfora del dedo roto, he encontrado el siguiente comentario:

“Doctor, por favor ayúdeme. Creo que estoy muy enfermo”, dijo el paciente preocupado. “Me duele todo el cuerpo: cuando toco mi brazo, me duele; cuando toco mi pecho, me duele; cuando toco mi cabeza, me duele”.

Después de ejecutar una serie de pruebas, el médico informó a su paciente: “Tengo buenas y malas noticias. La buena noticia es que no hay absolutamente nada de malo en su cuerpo. ¡La mala noticia es que usted tiene un dedo roto, así que donde quiera que se toque, le duele!”.

Un amigo indio nos contó esta historia recientemente, y aunque nos reímos de la culminación del chiste, existe un mensaje más profundo en él. Cuando nuestra conciencia está llena del conocimiento de nuestra unión con Dios, es como un cuerpo sano y feliz. El dedo roto es como el ego, que rompe nuestra relación con una realidad mas grande, y nos hace imaginar el sufrimiento en todas partes, cuando en realidad todo lo que duele, todo lo que es “roto”, es el pequeño ser.

Podéis leer el resto aquí: http://www.anandaespanol.org/la-conexion-rota/

En definitiva, que cuando nos sentimos tentados de proyectar nuestros problemas sobre el mundo (esto es proyectar la mente hacia fuera), es sensato posar nuestra mirada sobre nosotros mismos (volver la mente hacia dentro), sobre nuestra actitud o mentalidad, que es donde se originan todos los problemas. Solo así llegaremos a reconocer que todos los problemas son ilusiones que se desvanecen cuando las miramos del modo adecuado. Como dice un dicho antiguo, no necesitas cambiar el mundo, sino tu mente.

Saludos
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domingo, 1 de abril de 2018

Entrevista al lama Rinchen Gyaltsen

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Este vídeo es una entrevista al lama Rinchen Gyaltsen. Su tradición es el budismo, expresándose con un lenguaje sencillo y no técnico, fácil de comprender. Además, siempre es inspirador escuchar enfoques como este, un budismo sano, lúcido y sin dogmatismos.

El vídeo de la entrevista está en youtube, aquí:

https://www.youtube.com/watch?v=CC-e2WX0bYI

(Duración: 39 minutos)
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