domingo, 22 de agosto de 2010

La metáfora de Messi

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Todos somos Uno, pues estamos conectados los unos a los otros y todos con la Fuente. No somos seres separados los unos de los otros. El ser humano juega (sueña) estar separado, finge y cree creer que toma sus propias decisiones independientes, que realiza sus acciones independientes, etc. Pero realmente no es así, porque más que de seres "independientes" (separados) lo que hay es una especie de red de relaciones, donde cada punto (ser humano, por ejemplo) de la red influye sobre los otros, especialmente en aquellos más próximos. No se puede explicar satisfactoriamente lo que uno hace o dice o decide, sin tener en cuenta a los otros: la red de interacciones en la que todos estamos unidos.

Veamos algunos ejemplos o metáforas que ilustren esto. El primer ejemplo es lo que podríamos denominar la "metáfora de Messi" o metáfora futbolística. No hace falta saber de fútbol para comprenderla, ni saber quién es exactamente Messi. Messi es uno de los futbolistas más conocidos hoy en día, juega en el Fútbol Club Barcelona y en la selección de Argentina. Algunos opinan que es el mejor futbolista de la actualidad, ha recibido algún galardón en este sentido, esto es obviamente opinable, pero para nuestro ejemplo basta comprender que está considerado como uno de los futbolistas más destacados del mundo, uno de estos talentos "afortunados" a quienes se suele idealizar, idolatrizar, "separar" del resto. Sin embargo, ¿es Messi realmente un ser separado de los demás? Esto se podría reflexionar en base a múltiples aspectos, pero vamos a centrarnos en este ejemplo en el aspecto futbolístico.

Y he aquí el asunto digno de reflexión: Messi deslumbra año tras año con los partidos que juega en su club habitual, el Barcelona. Desequilibra, participa mucho en el juego, y marca muchos goles, a menudo más de uno en un mismo partido. Sin embargo en el pasado Mundial, donde participó con la selección de Argentina, llegaron algunas críticas, quizás decepciones, hacia él. Participó en el juego de su selección pero no marcó ni un solo gol. Como si faltara algo, el brillo especial, el toque de genialidad con el que es conocido en el mundo entero. Su falta de gol (en los 5 partidos que disputó del Mundial no marcó ni un solo gol) se ha tratado de explicar desde diversos puntos de vista. Se ha dicho que la selección de Argentina no usaba la estrategia apropiada, o que Messi no era tan bueno como parecía, etc.

Nuestro ejemplo aborda otro punto de vista más al respecto. Consiste en que Messi, en sintonía con lo que decíamos arriba en el primer párrafo, no es un futbolista separado, sino que al igual que todos, forma parte de una red de relaciones. Esto desde luego no es nuevo, se sabe de sobra en el mundo del fútbol. Un futbolista no es solamente él, sino que su valía y talento dependen de los futbolistas que le rodean. El "Messi del Barça" no es un ser separado, sino parte de una red, funcionalmente unido a compañeros de talento los cuales, al actuar sincronizados, aumentan mutuamente sus cualidades como equipo. Esto es así; un futbolista por sí solo no es nada, eso es una mera abstracción. Lo que es, lo es en relación a las circunstancias que le rodean, en este caso sus compañeros, sus rivales, etc. Esto explica por qué a veces, un futbolista que muestra cualidades muy valiosas en un club de fútbol, al ser fichado por otro equipo no siempre está "a la altura" de lo esperado. Lo achacan a diversas razones. En realidad se trata de lo que estamos diciendo, de que lo que hay es una red de relaciones y ese mismo futbolista, en relación con sus nuevos compañeros, ya es en cierto modo "otro". Ha cambiado (han cambiado las circunstancias, han cambiado las relaciones). Esto a menudo se reconoce cuando se dice que lo que sucede es que le falta "adaptarse". Adaptarse a la nueva red, naturalmente.

La red de futbolistas de Argentina en el Mundial no cosechó los éxitos que muchos deseaban. Esto no quiere decir que los compañeros de Messi en el Barcelona sean "mejores" que sus compañeros con la selección de Argentina. Simplemente las redes unas veces funcionan "mejor", otras "peor". En cualquier caso, el ejemplo nos sirve de reflexión. Ningún futbolista es nada por sí mismo. Cierto que quien tiene talento a raudales, acaba destacando en una red y en otra, pero no es exactamente lo mismo, las circunstancias cambian. Con la vida sucede igual. No somos seres humanos separados, sino parte de una red. En nuestro trabajo, con nuestra familia y amigos, etc, quienes somos es algo que surge de la red de interacción de la que formamos parte.

Veamos algún ejemplo más, brevemente. El científico que realiza sus descubrimientos, no es sólo él, sino parte de "su red". Él es un eslabón de una cadena de la que forman parte otros científicos que le inspiraron, los libros que leyó, los ayudantes que le apoyaron, sus amigos y familiares, los profesores que le enseñaron e inspiraron de niño el amor a la ciencia, etc.

Del mismo modo un pianista es la guinda de esa red de quienes le educaron, quienes le amaron y le aman, quienes le escuchan, quienes le enseñaron, quienes le inculcaron el amor por la música, etc.

Nosotros mismos podemos comprobar en nuestra propia vida que no estamos separados. Formamos parte de nuestra red (o redes). Nuestros actos o decisiones no son tan autónomos como la mente "separada" quiere fingir creer. Por ejemplo, podemos haber hecho planes para pasar la tarde leyendo (esta sería nuestra aparente "decisión separada", aunque incluso ésta depende de pensamientos que nos vienen de la Fuente) pero de repente recibimos una llamada telefónica y acabamos "decidiendo" ir con los amigos al cine. ¿Quién tomó realmente esa decisión? La mente "separada" rápidamente dice: "yo". Sin embargo, ¿no ha sido esa decisión más bien una de las consecuencias determinadas por la red de interacciones de la que formamos parte?

Se podrían dar muchos más ejemplos, matices y apreciaciones. Pero ¿para qué? Las palabras no pueden explicar completamente el tema, así que sólo nos resultan de ayuda para indicar una posible reflexión que todos podemos profundizar por nosotros mismos, obteniendo nuestras propias conclusiones comprobadas.

De los anteriores ejemplos tan simples, reflexionando hasta las ultimísimas consecuencias, acaba quedando claro que todo sucede como tiene que suceder, en sintonía con la Armonía de la Unidad. Todo proviene de la Fuente. Y saber esto es una Luz que disipa las sombras. No estamos solos. Nadie está solo. Todos estamos conectados a todos. Todos somos parte de la Fuente. No ganamos nada con echar las culpas de cualquier acontecimiento a nadie, pues todo lo que sucede viene influido por las diversas redes de interacción, redes que están unidas las unas a las otras, formando una sola gran Red. Sabiendo esto, quizás nos abramos a comprender a nuestros hermanos. Nadie hace nada "bueno" o "malo". Lo que hacemos, lo hacemos todos. Como parte de la Red.

No somos personas separadas. Somos una Familia (qué linda Red). Y cuando ahondemos en esto y lo sepamos con plena certeza, cuando nos zambullamos en el Momento sin tergiversar la Realidad usando los prejuicios, sentiremos algo espléndido: nuestro verdadero Ser. Lo Que Somos. Un Ser bellísimo, eterno, pleno, tranquilo y unido al Todo.

Todos somos hermanos. Separados no somos nada (la separación es una abstracción, una fantasía). Unidos, somos el Todo, la Familia, el Amor.

Saludos
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