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Aunque Ramana Maharshi le dio un gran impulso a la autoindagación, es bien conocido que ya era recomendada siglos atrás, por ejemplo en textos antiguos del advaita. También hay algún caso de guiño a la autoindagación y a la espiritualidad profunda en la literatura occidental.Por ejemplo, en el siglo XIX se publicó Alicia en el país de las maravillas, obra de Lewis Carroll en la que podemos leer algún pasaje inspirador como el siguiente:
¿Me pregunto si he sido cambiada por la noche? Déjame pensar. ¿Era la misma cuando desperté esta mañana? Creo que casi puedo recordar haberme sentido un poco distinta. Pero, si no soy la misma, la siguiente pregunta es: «¿Quién demonios soy yo?».
Alicia, en Alicia en el País de las Maravillas (1865), de Lewis Carroll (1832-1898)
Y otra cita del mismo libro:
— ¿Quién eres tú? —dijo la Oruga.
— Yo... este... apenas lo sé, señor, en este mismo momento... por lo menos sé quién era cuando me desperté por la mañana, pero creo que debo haber sido cambiada varias veces desde entonces.
— ¿Qué quieres decir con eso? —dijo la Oruga severamente—. ¡Explícate!
— Me temo que no puedo explicarme, señor —dijo Alicia—, porque no soy yo, si me entiende.
Alicia en el país de las maravillas.
Es una reflexión interesante para cualquier lector que quiera continuarla, y conecta directamente con invitaciones típicas del advaita. Si el yo que conocemos, nuestro ego cotidiano y dual, es cambiante, ¿con qué derecho se puede afirmar que es algo o que existe? En todo caso, es interesante ir más al fondo de ese yo superficial y llegar a descubrir el verdadero ser, inmutable y por lo tanto absoluto, en vez de cambiante y relativo.
Saludos
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Hombre existir existe.
ResponderEliminarFigúrate que quiere descubrir el verdadero fondo, ademas de encontrar interesante ir hacia el ser inmutable.
Si esta afirmación no te sirve, tengo otras.
La oruga azul.