viernes, 9 de octubre de 2009

Todas las personas son espirituales

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Este tema es una reflexión que quiero compartir, a ver qué tal sale en palabras. Lo primero que podríamos preguntarnos es: ¿qué es la espiritualidad? Por ejemplo, normalmente consideramos como espiritualidad los temas relacionados con la religión, también los fenómenos inexplicados, filosofías que nos lleven a indagar sobre el origen de todo, acciones desinteresadas, autoconocimiento, etc. Y es típico que llamemos personas "espirituales" a las personas interesadas en ese tipo de temas.

Sin embargo me gusta considerar otro aspecto del concepto de lo "espiritual". Para mí, lo espiritual es lo profundo (la esencia) en todas las cosas, en todos los seres. La espiritualidad es nuestra esencia, el espíritu es energía.

Entonces, todas las personas son espíritu en esencia (energía divina, expresiones de la Unidad), todos los seres somos energía, somos espirituales. Y formamos parte de una misma Familia, de un mismo Gran Ser el cual creó un Juego de dualidad donde está madurando y nosotros como parte de Él. Todos estamos madurando. Tanto las personas que suelen ser etiquetadas como "espirituales" como las que no.

Algunas veces existe la tendencia, por parte de quienes llevamos muchos años indagando en los temas directamente "espirituales", a considerar a otras personas como "no espirituales" o como "poco espirituales", simplemente porque estas personas no se interesan por los temas que nosotros consideramos "espirituales". Pero la espiritualidad no es sólo indagación, no es solo búsqueda directa en el mundillo "espiritual" o de "Nueva Era" o de lo "religioso". Todos somos espirituales. Hay personas que lo expresan de manera directa, y otras personas que llevan la espiritualidad en otros niveles, incluso diríamos que "en la sangre". Hay seres que irradian amor, ternura o alegría y eso es espiritualidad pura, por mucho que a veces estos seres no se sientan interesados por "lo espiritual". Hay payasos y humoristas que expresan la Radiación de la Alegría, son espirituales. Incluso quienes odian, incluso los ladrones, todo el mundo, todos somos espirituales, simplemente unos están en un punto de madurez y otros en otro punto. El odio es energía, el odio es amor en otra octava (al igual que las notas musicales son las mismas pero desde octavas diferentes vibran más rápidamente o menos rápidamente). El odio es amor en una octava más baja, y por eso, al ser lo mismo en esencia (energía) puede transmutarse en Amor. Y eso sucede apoyado por la Vida, en una maduración que paulatinamente va sucediendo en todos los seres, se den cuenta o no, parezcan espirituales o no.

En ocasiones, personas que se aburren con los "temas espirituales" expresan una Radiación de Amor o Alegría intensísima, y es esto lo principal a valorar. A veces despiertan de repente, ya que el despertar depende del Plan divino. Otras veces su Yo Superior les mantiene ligeramente "dormidos" para poder enfocarse en la Radiación que conviene transmitir, y en otros casos "duermen" profundo simplemente para aprender ciertas lecciones.

Por eso, podemos decirnos a nosotros mismos que estamos "más metidos en los temas espirituales" que otras personas, o que "hemos indagado más en los temas directamente espirituales" que otras personas, lo cual puede ser un hecho objetivo, tan cierto e igual de valioso como que algunas personas han practicado más gimnasia que otras, o han jugado más al ajedrez que otras. Pero cuidémosnos de no pensar que eso nos hace "mejores" o "más espirituales" (en términos profundos), porque esto sería dejar llevarnos por la arrogancia. Ninguna persona es mejor que otra (en el sentido más profundo), simplemente somos participantes del Juego que todos unidos hemos creado, y en el Juego unos nos hemos permitido madurar más que otros. Y en ocasiones algunos seres muy maduros no demuestran su profunda espiritualidad de una manera externa, por lo que considerarnos "más espirituales" que ellos sería casi un chiste jejeje

Valoremos a todo el mundo. Desde el monje hasta el vagabundo, pasando por el empresario, el banquero, el yogui y la vendedora del estanco, todos son seres espirituales participando del Juego que todos unidos, como Vida, hemos creado.

Todos somos maravillosos. Todos sois maravillosos y me siento orgulloso de haber tenido el premio de compartir planeta con cada uno de vosotros. Yo sé que, independientemente de lo que parezca externamente, todos vosotros lleváis la "espiritualidad" en el Corazón. Es la Energía que sois, es vuestra Esencia.

¡Un Abrazo!
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