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Homenaje a Hui Nêng
La sustitución de la responsabilidad
¡Por lo general trasladamos la responsabilidad a los objetos! Sin embargo, los objetos carecen de toda responsabilidad puesto que ésta recae plenamente del lado del sujeto.
¡Conduzcámosla de vuelta a su hogar y mantengámosla ahí!
¿Dónde se mueve la bandera y qué causa su movimiento?
¿Dónde resuena el cencerro y qué produce el sonido?
¿Dónde nos aprieta el zapato y qué causa ese dolor?
¿Dónde está el aroma de la rosa y qué causa su olor tan dulce?
¿Dónde está el sabor del vino y qué le da ese gusto?
¿Dónde está la conciencia de todos esos fenómenos y qué hace que podamos conocerlos?
Devolvamos la responsabilidad allí donde pertenece. Retornémosla a su fuente (de donde, por otra parte, nunca ha salido).
¡Devolvamos cada cosa a su fuente, allí donde pertenece, de donde nunca ha salido!
Ésa es la práctica de la no-práctica.
Wei Wu Wei
¡Al infierno con todo!
¡Por Dios, abandonemos de una vez la estupidez de la objetivización! ¡Ya ha persistido demasiado tiempo! Desperdiciamos nuestra vida objetivizando de la mañana a la noche, con excepción del sueño profundo cuando recuperamos nuestra cordura durante un breve lapso de tiempo.
¡Consideremos la absurda idea que tenemos las personas de que hay una luna en el cielo! Porque, ¿qué es la luna y qué es el cielo y dónde están situados ambos? ¿Está la luna en el cielo o el cielo en la luna? ¿Nos hemos entregado alguna vez a semejante ejercicio disparatado?
La persona que lee estas palabras sabe muy bien la respuesta, es decir, qué es la así llamada «luna», cuál es su origen, dónde se encuentra y también todo lo referente al «cielo» en que se halla ubicada. Pertenecen, como el resto de los objetos fenoménicos que objetivizamos de continuo —rinocerontes, rosas, escarabajos, bodhisattvas, dientes de león o dragones—, bien al dominio del sueño «dormido» o bien al del sueño «despiertos».
¿No está usted cordialmente harto de todo eso? ¿No? ¡Muy bien, entonces, admírelos, haga con ellos lo que más le plazca pero, por el amor de Dios, no crea que «existen» como tales en algún tipo de localización: «encima», «sobre», «debajo» o en alguna otra clase de «dónde»!
Usted conoce muy bien dónde y cómo «existen» y que su única «existencia» posible radica en el hogar al que pertenecen, es decir, allí donde los percibimos.
Eso es vivir la práctica.
Wei Wu Wei
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Magníficos extractos Toni, y genial y directo Wei Wu Wei poniendo fin al "sueño dormido y despierto".
ResponderEliminarGracias, un abrazo!