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El aparentemente temible dragón «yo soy un cuerpo; vivo en el espacio y en el tiempo» cree ser el rey dentro de su mundo/espejismo. Sus llamaradas de fuego son los problemas (apariencias sin sentido).Hay que matar al dragón porque, mientras parezca vivir, no seremos capaces de disfrutar de la paz profunda y permanente que es nuestro puro Ser.
No necesitas matar al dragón porque el dragón ya ha sido matado por ti: es inexistente, nunca ha sido ni será real. Lo único que necesitas para recordar la paz que eres, es dejar de prestarle atención al dragón de las ilusiones. Sin tu atención el dragón se desvanece por sí mismo, como la apariencia ilusoria que es. Al dejar de imaginarlo y de creer en él, desaparece.
Simplemente retírale la atención al dragón; pon tu atención en cualquier otra parte. Sólo hay una alternativa donde extender nuestra atención, y esta alternativa es la Verdad. El dragón es falso, ríete de él y pon tu atención en lo que permanece más allá de todos los falsos espejismos: en la Verdad, la Eternidad, el Amor, la Felicidad ilimitada, la Paz infinita, el Ser puro sin limitaciones ni separaciones.
No temas al dragón, sino ríete de él por su inexistencia y absurdidad, y tras esta risa tranquila dedícate a lo verdadero, dedícate a compartir tu amor y felicidad. Dedícate a amar, a compartir la plenitud. Dedícate a simplemente ser espontáneamente.
No eres un cuerpo. Eres una sonrisa viviente; una sonrisa invisible, sin forma, ilimitada, plena, bellísima, unida a todo.
Mientras alimentes la creencia de que eres un cuerpo (sea sutil, astral, mental, emocional, etc, da igual el tipo de cuerpo: un cuerpo significa un algo limitado) y de que estás dentro de un mundo externo a ti, y dentro de una línea de tiempo, mientras alimentes esa creencia, estarás durmiendo, disfrutando (o asustándote) de la nada, de tu simple imaginación irreal. Pero conforme te abres a la Verdad, y te atreves a rechazar las absurdas creencias que producen tus alucinaciones, despertarás y recordarás tu infinitud, tu Ser puro, siendo lo cual eres pleno y estás a salvo de toda fatalidad, pues no existe la fatalidad. La única "fatalidad" son las absurdas imaginaciones, y ponerte a salvo de ellas es muy fácil porque simplemente tienes que dejar de creer en ellas, dejar de darles tu crédito y atención.
Verdaderamente nunca estás dormido; si acaso jugando. Cuando lo desees, simplemente deja el juego de las alucinaciones y disfruta de los infinitos juegos divinos, que son dulces y además reales.
Cuando desaparece el dragón «yo soy un cuerpo; vivo en el espacio y en el tiempo» porque has dejado de creer en él, aparecerá el Dragón permanente, eterno, que en este mismo momento te sonríe aunque no lo percibas. El Dragón eterno es la Sabiduría, no tiene forma, es el Ser, la Plenitud que incluye todo, incluye los infinitos Aspectos de Lo Real. Es un Dragón cuyas llamaradas son dulces pues son chorros de Amor, Chocolate Viviente chorreante de Felicidad compartida por todos los Aspectos del Único Ser.
Krishna es uno de los nombres de Dios; sus imágenes son simbolizaciones del Ser. Dicen que «Krishna» significa en sánscrito «Negro», «Oscuro», «Azul Oscuro» (estas tres palabras son casi sinónimos), «Adorable». Sugiero añadir otra manera de aludir a Ello, con estas palabras: «Chocolate», o «Chocolate Viviente», «Chocolate divino», «Chocolate eterno», etc. Incluso el chocolate fenoménico puede ser negro, oscuro, como los significados de la palabra Krishna.
Dicho eso, disuelve al dragón «yo soy un cuerpo; vivo en el espacio y en el tiempo» riéndote de él y poniendo tu atención en el intemporal Krishna, el Chocolate divino, la ilimitada Sonrisa de Felicidad y Bondad, el Niño divino e inocente que realmente Eres como puro Ser. Siéntete a salvo bajo la Gracia de la dulce Mirada divina del Chocolate sonriente. Juega con Él en lugar de con el dragón limitado. Juega con Krishna y deja que te coma, que te absorba completamente dentro del ilimitado Océano del Chocolate divino. Sé su alimento, ofrécele todo lo que crees que eres, sé absorbido por Él y pronto será Él también tu alimento, pues eres Uno con Él en la Plenitud infinitamente gozosa del Chocolate divino. Disfruta la divina Comunión con el bellísimo Krishna infinito, el Océano del más dulce Chocolate eterno, tu propio Sí mismo compartido con cada Aspecto del Único Ser que nos reúne a todos en un mismo delicioso Amor.
Y ahora... ¿Hubo alguna vez un dragón? ¡Quién se acuerda! ☼
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Gracias, Toni :-) Qué bellísimo escrito. Me siento feliz de leerlo, y he respirado, abiéndome a la eternidad. Y eso que el aire es ilusión :-). Es curioso, que cuando sentimos plenitud, al captar la belleza (cómo en éste caso en tu magnífico escrito) del arte, del conocimiento, del amor; espontáneamente respiremos el aire a pleno pulmón; es cómo si nos llenáramos de Vida a pesar de la ilusión del mundo y sus cosas.
ResponderEliminarPero bueno, el Espíritu Santo utiliza el mundo y sus jugadores para su Bendito Plan; por eso, a veces , sentimos felicidad con las cosas que estando en el mundo ,no son del mundo.
Un abrazo
Gracias Masira :-)
ResponderEliminar"Siempre que tengas oportunidad, ríe tanto como puedas. Así, todos los nudos rígidos de tu cuerpo se aflojarán. Pero reír superficialmente no basta: todo tu ser debe estar unido en la risa, interior y exteriormente. ¿Sabes cómo se expresa esto? Te estremecerás literalmente de alegría de los pies a la cabeza, de manera que te será imposible decir qué parte de tu cuerpo está más afectada.
ResponderEliminarLo que haces habitualmente es reír con la boca, mientras las emociones se mantienen en el cuello. Pero quiero que rías con todo tu semblante, con todo el corazón y con todo el aliento de tu vida."
Anandamayí
Reír es disolver las apariencias; cuando te ríes del dragón, éste se convierte en la sombra chinesca que realmente es.
La risa entonces, se convierte en el estruendo que abre paso a la Verdad.
Inspirador texto pintado de chocolate,
Gracias,
Yule.
Gracias a ti, Yule. Riamos mientras compartimos el chocolate :-)
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