lunes, 21 de mayo de 2012

Perdonando a tu hermano

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Basado en un mail que escribí no hace mucho, durante una conversación virtual acerca de algunas de las ideas que se mencionan en Un Curso de Milagros (UCDM). Como siempre que se trata de UCDM, quien no conozca el contexto de a qué se refiere la idea de "perdón no-dual", puede leerse las informaciones que surjan a partir del siguiente post y sus libros y links de referencia: http://jugandoalegremente.blogspot.com.es/2010/06/sintesis-del-perdon-sobre-el-perdon.html Lo importante es no confundir el perdón no-dual con el perdón habitual que se usa en el ilusorio mundo cotidiano de los ilusorios egos.

Comienzo del fragmento de mail ->

 Otro tema:

Hoy sólo se necesitan dos que deseen gozar de felicidad para que se la ofrezcan al mundo entero. (T.30.I.17.1)

Está bien interpretar que se alude al propio estudiante y al Espíritu Santo (que en realidad son uno), aunque UCDM es muy "puñetero" y me parece que probablemente alude (principalmente) al tema que repite machaconamente a lo largo de todo el Texto, que uno mismo siempre va de la mano de nuestro hermano. Esto me parece que es algo que potencialmente puede irritar un poco a algunos de quienes están acostumbrados al advaita oriental, al hacer UCDM tanto énfasis en el hermano, una y otra vez. Pero ahí radica el truco de UCDM para facilitar el despertar. Tal como ves a tu hermano, te verás a ti mismo. Y tal como te consideres a ti mismo, considerarás a tu hermano. Así que metafóricamente en este enfoque se necesitan dos para despertar, pero recuerda, tal como confirma Ken Wapnick en el libro de preguntas y respuestas más comunes, que en realidad el hermano es un símbolo o reflejo de uno mismo. No hay nadie ahí fuera. Sólo hay nuestro Ser, el cual todos compartimos, y cuando vemos un hermano en la forma, se trata de un reflejo que nos muestra nuestro propio deseo, nos muestra lo que estamos deseando, lo que estamos juzgando y por lo tanto eso percibimos (si vemos a alguien enfermo, es que estamos aceptando que la enfermedad existe, si vemos que un hermano insulta a alguien, estamos creyendo en las disputas, etc; podemos elegir ver a nuestro hermano de otra manera y así recordar nuestro verdadero ser: si nuestro hermano es inocente, entonces yo también lo soy y ambos despertamos al Ser). Visto así, ese "se necesitan dos" aludiría a tu hermano, y tu hermano es cualquier hermano (nadie se queda fuera), aunque quizás haya alguno que en cada momento dado sea el más intensificado, alguien que suele estar ahí (en tu vida o pensamientos), como por ejemplo en el caso de Helen Schucman y Bill Thetford (los dos primeros estudiantes de UCDM), ambos eran la referencia principal uno del otro, sobre todo Bill la referencia principal de Helen, pues era el símbolo al cual ella se negaba a perdonar. Esto merece comentarse un poco más, pero más abajo, porque antes conviene incluir alguna cita.

En el capítulo 20, sección IV, alude explícitamente también al tema:

     Al arca de la paz se entra de dos en dos. Sin embargo, el comienzo de otro mundo los acompaña. (T.20.IV.6.5) (página 483)

Quizás veas útil releer esa sección de nuevo. En esa misma sección, en el párrafo 7 dice:

     No pienses que perdonar a tu hermano os beneficia sólo a vosotros dos. Pues el nuevo mundo en su totalidad descansa en las manos de cada dos seres que entren allí a descansar. (...) No podrías dejar ni a uno solo afuera tal como yo tampoco podría dejarte a ti afuera, y olvidarme así de una parte de mí mismo. (T.20.IV.7.2-3;6) (página 484)

El que según UCDM se requieran dos para recordar el Cielo, no significa que dependas de nadie ajeno a ti. Recuerda, somos uno. Y el hermano que veas es siempre un reflejo de ti mismo, de tus conceptos o juicios. Volviendo al ejemplo de Helen con Bill, Bill perdonó a Helen (parece que perdonó completamente a todo el mundo y se iluminó, según sospechan algunos incluido Gary Renard, aunque estamos pendientes de una confirmación "directa" por parte de Arten o Pursah jejeje), sin embargo en libros que he leído se indica que al parecer, Helen se negaba a perdonar a Bill. Ella era muy sincera en esto y lo reconocía sin paliativos: no puedo, no me siento preparada para soltar esto. Siento un enojo hacia Bill que no se va. (Ella lo diría con sus palabras). Por mi parte no descarto la posibilidad de que finalmente lo perdonara e incluso se iluminara justo antes de morir, aunque creo haber leído que no mucho antes de su muerte, un año o así quizás antes de morir, Helen todavía reconocía no haberle perdonado. Bill vivió unos poquitos años más que Helen, parece que Bill perdonó todo y quizás incluso murió de felicidad, ya que sus dos últimos días no cabía en sí de tanto gozo y no le decía nada concreto de eso a nadie, pero lo notaban a la legua, su entusiasmo saltaba a la vista, un amigo o amiga dijo algo como que en esos dos días: parecía que en vez de caminar, bailara sobre el aire con sus pies flotando unos centímetros sobre el suelo, contagiando con su alegría a todos. Caminaba ligerísimo como de puntillas, diría alguno más o menos, y con una sonrisa de oreja a oreja.

Al arca de la paz se entra de dos en dos. Bill y Helen entraron ambos, pues cualquiera de ambos podía elegir el perdón para los dos (y también Jesús [&Company] ya eligió el perdón para todos, así como el Espíritu Santo). Parece que Bill lo sabe (se iluminó) y quizás Helen también lo sepa o lo sabrá cuando "suelte", en cualquier caso la "semilla" ya está plantada, el regalo ya está dado, ella reconocerá el Bien cuando se sienta preparada, si es que no lo ha reconocido ya.
<- (Fin del fragmento de mail)

Unos comentarios finales. El enfoque de ver a los demás como reflejo no es un enfoque novedoso en advaita. Ramana Maharshi comentaba cosas como que quien se considera a sí mismo un cuerpo, le vería a él (al guru, etc) también como cuerpo. Tal como nos consideramos a nosotros mismos, así tendemos a considerar a los demás. Y a esto también se le puede dar la vuelta: lo que creemos ver en los demás, es lo que "secretamente" pensamos de nosotros mismos. ¡Así que cuidado con pensar mal de otros jejeje! Si uno reflexiona seriamente comprenderá que es así, debido al juego de las proyecciones. De hecho es bastante inteligente usar estos espejos llamados "hermanos" para así detectar fácilmente nuestros "talones de Aquiles": cuando sentimos ira hacia alguien, o enjuiciamos a alguien, tenemos así una oportunidad, si somos conscientes de lo que estamos haciendo (proyectando), para descubrir nuestra culpabilidad inconsciente y liberarnos de ella perdonándola. Un camino simple (cuando por fin se comprende), rápido y feliz (aunque al principio requiere esfuerzo el cambio de mentalidad de no proyectar "defectos" sobre los "demás") hacia la iluminación.

Finalmente, he localizado algunas de las citas acerca de qué comentarios hicieron de Bill Thetford cuando estaba muy próximo a morir (en sus últimas 48 horas), que es cuando sostienen algunos que probablemente se había iluminado. Lo copio porque siempre es grato e inspirador describir situaciones tan alegres:

Esto dijo su amigo Jerry Jampolsky: «Bill estaba muy alegre y animado. Nunca lo había visto tan exuberante; su humor era asombroso. Caminaba con mucha ligereza y jugaba. Ya sabes cuánto le gustaba jugar con las palabras. Me encantaba verlo contento, sin tomarse la vida en serio. Recuerdo haberle dicho lo maravillosa que era su alegría y que había tomado una decisión estupenda al irse a vivir allí».

Judy Whitson (es la misma que antes era conocida como Judith Skutch, que al separarse del marido se ve que dejó de usar el apellido Skutch) dijo sobre Bill: La historia de sus últimos dos días es una pieza única. (...) Finalmente llegaron sobre las tres y lo que vi fue muy inesperado. Jerry tenía una actitud muy dócil y Bill sonreía como si estuviera en un escenario. Levantaba los brazos en el aire con gracia —nunca pensé que Bill fuera una persona grácil— e hizo un pequeño contoneo al pasar por la puerta. Después me besó y dijo: «No te vas a creer lo que ha ocurrido. ¡No te lo vas a creer!». «¿Qué?», dije yo, aún un poco ofendida, y él añadió: «¡Hemos tenido un atasco de tráfico absolutamente asombroso, y Jerry no se ha enfadado ni una vez!». Miré a Jerry, que se encogió de hombros, esbozando una sonrisa un poco avergonzada, porque ese comentario significaba que por lo general el tráfico le enfadaba. Pero Bill sintió que había ocurrido algo y comentaba la diferencia: «Hemos tenido una charla estupenda, una conexión realmente maravillosa». Él era muy consciente de que Jerry había cambiado. ¡Y estaba bailando, literalmente bailaba al entrar en casa!

Judy continúa:

Bill aún estaba danzando con ligereza por el comedor, aunque no sonaba ninguna música. Le pregunté qué estaba haciendo y respondió: «Oh, me siento tan flexible, ¡tan flexible!». Lo invité a sentarse para comer y aceptó. 

Pero estaba despreocupado, esta es la única palabra en la que puedo pensar. Era un Bill muy diferente. Se sentía feliz, pero no es sólo que estuviera de buen humor, más bien sentí la alegría que irradiaba su cuerpo. Al observarlo mientras le servía la comida (yo tenía una parte observadora además de la parte de mí que actuaba), pensé que estaba ocurriendo algo extraño. Me pregunté si habría tomado algo, pensando que tal vez estaba «colocado» por alguna medicación. Entonces quise saber qué tomaba últimamente. Se puso a reír y me dijo que no se trataba de eso: «Simplemente me siento tan bien, tan libre, tan completo».

(Citas tomadas del libro «Nunca te olvides de reír», de Carol M. Howe, publicado en España por la editorial Grano de Mostaza)

Estos testimonios describen a Bill el día 3 de julio de 1988. Unas horas después, el 4 de julio, fecha en que en Estados Unidos se celebra el Día de la Independencia, Bill alcanzó a su manera la independencia: dejó a su cuerpo a pocos metros de la casa, paseando por la calle, donde cayó de repente y su cabeza chocó contra el suelo. Un vecino que era médico y estaba cortando los matorrales de su jardín, lo vio y acudió de inmediato. Este médico «creía que le causa de su muerte era que le había estallado el corazón. Este, por supuesto, no es un término médico, pero describe correctamente la situación», comenta Judy. «El médico dijo que ya se había ido: había muerto antes de que su cabeza tocara el asfalto» (Judy).

Concluye Carol M. Howe comentando que:

La autopsia confirmó posteriormente que parte de su corazón había explotado y que se había ido repentinamente y sin dolor.

(...)

A pesar de su sorpresa y de su pena, a muchos les pareció divertido que Bill se fuera un 4 de julio. Era muy típico de él tomarse a la ligera su propio proceso de muerte. A algunos, los amigos de Bill les podrían parecer gente curiosa, porque, en medio de la conmoción de su muerte repentina, podían oírse expresiones de deleite y júbilo. «¡Oh, Dios, lo consiguió! ¡Lo consiguió! Es la primera persona que ha terminado el Curso», tal como las fans animan al jugador que mete un gol.

Bien... probablemente "murió" de felicidad jejeje. Un ejemplo de que aprovechar cada oportunidad de perdonar a tu hermano, conduce a una infinita felicidad, y si uno está dispuesto, a la iluminación total. Da la impresión de que Bill sabía que iba a suceder, por algún comentario suelto que había dejado caer a una amiga. En cualquier caso su Humor y Felicidad aquí siguen, como las ondas de radio a disposición de todo aquel que acepte compartir con él la felicidad.

¡Es bello ser feliz!
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