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Unos fragmentos de un relato de Lev Tolstói (León Tolstoi). Este relato se titula «El rey asirio Asarjaddón», publicado en 1903.
(...)
— ¿Quieres ejecutar a Lailie? —preguntó el anciano.
— Sí —respondió el rey—. Pero aún no he decidido qué clase de muerte darle.
— Pero tú eres Lailie —dijo el anciano.
— No es verdad —exclamó el rey—. Yo soy yo y Lailie es Lailie.
— Lailie y tú sois la misma persona —dijo el anciano—. Sólo te imaginas que tú no eres Lailie y que Lailie no es tú.
(...)
— Porque no los veo. Y, sobre todo, ellos han sufrido y yo no. A ellos les ha ido mal y a mí bien.
— También eso te lo imaginas. Te has torturado a ti mismo, no a ellos.
(...)
— ¿Has comprendido ahora que Lailie eres tú y que los guerreros a los que has dado muerte también son tú? —prosigue el anciano—. Y no sólo los guerreros: también los animales que has matado en las cacerías y has devorado en los banquetes eran tú. Creías que la vida sólo estaba en ti, pero he retirado de tus ojos el velo del engaño y has comprendido que haciendo mal a los demás te lo hacías a ti mismo. La vida es una sola en todos; en ti sólo se manifiesta una parte de esa vida única. (...) Para la vida no existen el tiempo ni el espacio. La vida de un instante y la vida de un millar de años, tu vida y la vida de todos los seres visibles e invisibles del mundo son iguales. No se puede aniquilar ni modificar la vida, porque sólo ella existe. Todo lo demás no son sino apariencias.
Tras pronunciar esas palabras, el anciano desapareció.
(...)
Tolstói
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ResponderEliminar¡Muy bueno! Queda clara la distinción entre la Vida y el mundo. Pero entonces, ¿le duele a la Vida cuando algún personaje del mundo sufre? ¿Si alguien sufre , sufre la Vida? Lo digo porque si es Una , dolor de uno es dolor de todos ¿o no?