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Copio un par de fragmentos del libro "Mis recuerdos de Ramana Maharshi", de Sadhu Arunáchala (también conocido como el comandante A. W. Chadwick). Como siempre, relata vivencias relacionadas con Bhagaván Sri Ramana Maharshi.El primer fragmento es un breve párrafo:
Como ya he mencionado, para el advaita la reencarnación no existe puesto que si el ego es algo completamente transitorio, ¿qué queda para reencarnarse? Si Bhagaván negaba que alguien hubiera nacido realmente, ¿cómo podía volver a nacer un ego? «Busca en tu interior y descubre si realmente has nacido» era la instrucción que nos daba. Y, no obstante, para aquellos que creían en la realidad del ego, aceptaba el concepto de reencarnación.
(Sadhu Arunáchala)
(He leído en alguna otra parte el mismo comentario acerca de que Ramana Maharshi tenía la amabilidad de no asustar a quienes necesitan del concepto de reencarnación para su propia tranquilidad interior; por eso a veces le seguía la corriente a personas que necesitaban apoyarse en ese bastón de la reencarnación, mientras que cuando alguien se mostraba preparado para escuchar la verdad desnuda, entonces la ofrecía sin reservas, directo al meollo de la cuestión: el Ser)
El siguiente fragmento es un poquito más amplio pues incluye unos pocos párrafos:
Bhagaván decía que las experiencias que tenemos en el estado de vigilia y en los sueños son exactamente iguales, siempre me costaba entender esta afirmación y, por ello, le hacía muchas preguntas al respecto. Él me explicaba que todas mis preguntas sobre los sueños se producían únicamente en el estado de vigilia pero nunca en los sueños. ¿Qué validez podían tener, entonces?Todo es una mera proyección de la mente pero, como da la sensación de que sólo los sueños son transitorios en relación con el estado de vigilia, imaginamos que son algo distinto. Pero esto es sólo aparente, no es real. El individuo -que se cree despierto- tiene los sueños pero, en realidad, tanto los sueños comoel estado de vigilia son irreales desde el punto de vista del Absoluto. No cuestionamos nuestro estado cuando estamos soñando, únicamente cuando estamos despiertos. ¿Es esto justo?
Aún así, sabiendo que Bhagaván afirma que todo no es más que una apariencia y una creación de la mente, sus enseñanzas sobre los sueños me resultaban difíciles de comprender, ya que yo tenía la sensación de que la vigilia era un estado continuo, que se extendía de un día a otro. Cada día me despertaba en el mismo mundo, mientras que mis sueños siempre eran distintos. Sin embargo, Bhagaván no aceptaba esta distinción y repetía que esa crítica sólo surgía del estado de vigilia pero nunca del estado de los sueños. Entonces, tuve un sueño.
Estaba discutiendo con alguien sobre el tema de los sueños y le dije: «Digas lo que digas, el obispo Berkeley tenía razón: las cosas sólo están en la mente y ésa es la única realidad. Las cosas, simplemente, no existen, por lo que tanto los sueños como las experiencias del estado de vigilia deben ser exactamente lo mismo. No son más que conceptos mentales». «Eso dices ahora -me contestó- pero no hablarías así en un sueño». Entonces me desperté. Fue un sueño muy vívido.
Algunas personas no consiguen desentrañar la relación entre esta anécdota y lo que mencionábamos antes pero el sueño fue tan real que nunca me planteé que fuera algo distinto del estado de vigilia: ambos estados «eran» exactamente lo mismo.
Bhagaván siempre hacía hincapié en que todo está en la mente y que ésta es sólo un fenómeno pasajero. «¿Quién está detrás de la mente? -preguntaba en repetidas ocasiones-. Descúbrelo y verás cómo la mente desaparece automáticamente». Para conseguirlo, uno tiene que buscar repetidamente el origen del «yo» preguntándose «¿quién soy?». Se trata de un proceso frecuentemente malinterpretado a pesar de que las enseñanzas de Bhagaván resultan claras. En esta búsqueda, no es necesario que uno intente encontrar cierto «Yo-Absoluto» trascendental, sino el ego en sí mismo y el punto desde el que surge: encuéntralo y verás cómo automáticamente se esfuma el ego; es entonces cuando uno toma conciencia de que lo único que existe es el Ser. Es como remontar un río, atravesando montañas, hasta su manantial: se alcanza un punto en que se observa que el río como tal ya no existe. La fuente, la mente, el ego son exactamente lo mismo y no pueden existir como elementos independientes. La mente es incapaz de conocer el Ser, ya que, ¿cómo podría conocer lo que está más allá de ella? Por este motivo, hasta a un gñani (jnani en la terminología asimilada del inglés: el que vive permanentemente sumido en la conciencia del Ser) le resulta imposible explicar su estado con palabras, puesto que éstas sólo son un producto de la mente. Conocerlo es serlo. No hay vuelta de hoja.
Este tema de equiparar el estado de vigilia con el de sueños, se complementa con una parte de este post que posteé recientemente: http://jugandoalegremente.blogspot.com/2010/05/guru-ramana.html
Copio la mayor parte de ese apartado:
15 de abril de 1937
4. Un hombre que viene con frecuencia al áshram está cavilando sobre el problema de maia y su relación con los estados de vigilia y ensoñación.
VISITANTE: ¿Existe alguna diferencia genuina entre la experiencia de yagrat (Yagrat: Estado de conciencia de vigilia) y la de los sueños?
BHAGAVÁN: Ninguna, a excepción de que a la persona que está en yagrat ese estado le parece más imperecedero que el otro, menos cuando está soñando. A veces, la persona que está en yagrat cuenta que ha tenido un sueño que duraba varios cientos de años, por lo que lo califica de transitorio, mientras que lo cierto es que no existe ni la más mínima diferencia entre la naturaleza de esos dos estados.
C.: Sí que hay una diferencia: cada vez que regresamos a yagrat, regresamos al mismo lugar, a la misma gente, a las mismas actividades e intereses, lo cual no sucede cuando entramos en el estado de suapna (el estado onírico del sueño).
BHAGAVÁN: Eso es porque, en los sueños, las cosas se mueven muy deprisa, vistas desde el yagrat en el que estás ahora pero, cada vez que entras en el mundo de los sueños, ¿te consideras un extraño allí?, ¿o te sientes completamente en casa con la gente y los lugares, igual que te pasa aquí? ¿No sueñas, a veces, que eres un ministro o que te encuentras con tu padre que murió en yagrat hace años, o que ves a Dios sentado en un trono, etc., sin que te dé la sensación de que sea algo incongruente? En ese momento, el sueño te resulta tan real como te resulta yagrat ahora. ¿En dónde está la diferencia? Si dices que el sueño es ilusorio, ¿por qué no dices lo mismo de yagrat?
Tras estos párrafos copiados, aún aclara un poco más. Quien quiera leerlo completo (o leer los otros fragmentos de ese mismo post) ha de clickar en el link mencionado antes.
Más posts de este blog relacionados con Ramana Maharshi: http://jugandoalegremente.blogspot.com/search/label/Ramana%20Maharshi
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