viernes, 10 de febrero de 2012

Bello pasaje de Souris sobre el amor

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El amor como tal es indescriptible, eterno, ilimitado, es el Ser. En el teatro de las ilusiones el amor ilimitado es aparentemente opacado por una especie de "substituto" irreal: el amor separador, o amor limitado, o amor especial, o amor exclusivo, etc.

El amor ilimitado es inseparable del despertar, podemos compararlo poéticamente al Sol, dando ilimitadamente sin excluir a nadie, sin graduar su amor en función de cada individuo, ya que como sólo el Ser es Real, no hay individuos ni grados posibles para el amor.

En cambio, el amor "especial" es inseparable de la confusión, es "dormirse" a la verdad, podríamos esbozarlo metafóricamente en palabras con actitudes como: «Me comprometo a serte fiel y amarte solamente a ti, y a nadie más», «Me comprometo a amarte más que a nadie», etc. Este tipo de amor, que es considerado como "natural" en el teatro de las ilusiones, es ilusorio y engañoso. Es producto de la creencia en la separación, y refuerza dicha creencia. Excluir no es amar; por lo tanto, prometer amor exclusivo no puede llevar sino a la insatisfacción propia de la creencia en la separación. Sin embargo, el amor puro (ilimitado) no siempre es reconocido, porque en el teatro de las ilusiones hay la demanda de ser especial, y de ser amado especialmente. El ego puede llegar a sentirse incluso ofendido (o menos amado) si alguien no le ama de esa manera "especial" o "exclusiva". El ego quiere escuchar que alguien le diga: «Eres especial para mí; no hay nadie como tú; mi vida sin ti no sería nada».

Parte de las frases-ejemplo anteriores serían válidas y comprensibles en caso de ir dirigidas al Ser («sin Ti no soy nada», etc), pero el contexto del amor especial o amor separativo, es que van dirigidas a supuestos individuos separados, en exclusión de otros supuestos individuos separados.

Puesto que en realidad no hay nada excepto el Amor puro, no hay tema. Pero cuando parece haber apariencias irritantes, es que se están sosteniendo algunas creencias ilusorias. Y en tal caso pueden venir al caso comentarios ilusorios como este post, o el breve pasaje de Souris que copio a continuación, que son también destellos ilusorios en medio de la Única Realidad que es la eterna Sonrisa del Ser.

Souris escribió una bellísima carta dirigida a una amiga ficticia (un recurso literario; posteriormente la carta fue publicada), en la cual narraba algunas de sus experiencias en el áshram con Ramana Maharshi. La carta es larga (para un post), es bella, incluso Ramana Maharshi la elogió. Un texto poético e inspirador, del que sólo citaré un breve párrafo, que toca el tema del amor ilimitado en contraposición al amor personal o limitado:

«No creas que te he dejado de querer. Me explico: de noche, utilizamos una linterna para encontrar las cosas. Llevamos esa linterna donde haga falta para poder ver lo que queremos ver pero, cuando tiene lugar el despertar en el corazón, es como cuando se eleva el sol sobre el horizonte: una vez se ha hecho de día, ¿qué sentido tiene utilizar la linterna, si la luz del sol ilumina mejor los objetos que veíamos de noche con la linterna? Pues algo parecido sucede con el amor que ya teníamos por los demás: no desaparece, por la sencilla razón de que nuestro amor se expande. El amor aumenta puesto que recae no solo sobre los seres queridos sino sobre todo el mundo».

Tomado del libro «El Poder de la Presencia», volumen 1, de David Godman, página 269.

¡Saludos!
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2 comentarios:

  1. Esa cuestión que se plantea (¿qué sentido tiene utilizar la linterna, si la luz del sol ilumina mejor los objetos que veíamos de noche con la linterna?) me recordó a este pasaje:

    ¿Puede una linterna iluminar al sol cuando el sol es el que ilumina todo?.
    Una vez Nasruddín se despertó temprano, antes de que hubiera luz de de día. Llamó a su discípulo Mahmud y le dijo.
    -Asómate y mira si ha salido el sol.
    Mahmud salió y volvió a entrar.
    -Está oscuro como boca de lobo -dijo-; no puedo ver el sol en absoluto.
    Al oírlo Nasruddín se enojó.
    -¡Necio! -gritó-, ¿no eres suficientemente listo como para usar una linterna?

    Saludos,
    Yule

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  2. ¡Qué buen pasaje ese de Nasruddín jejeje... Gracias Yule :-)

    Raquel, cuando nos demos cuenta de que "perder" el ego es como perder una espina que lleváramos clavada, sólo sentiremos alivio y agradecimiento jejeje. De todos modos no se pierde nada: el ego no existe ni siquiera ahora, ni siquiera cuando aparenta existir. El ego no es más que un hábito de imaginar absurdos. Un hábito en vías de disolución. Una fantasía que no puede sostenerse en cuanto dejamos de creer en ella. Una fantasía que parece oscurecer la Felicidad permanente que somos, el Uno/Felicidad que sin la fantasía del ego brilla de forma plenamente evidente. ¿Pero quién toma seriamente tal fantasía? Descubrámoslo. Sólo hay Amor/Libertad/Felicidad. ¡Así sea / así es! Saludos :-)

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